Opinión
David Mejía Ayra
Opinión

'Game over' al 'procés'

Las recientes disputas y reproches entre los dos partidos que forman parte del Govern de Catalunya, en las que ya nos tienen acostumbrados hace bastante tiempo, es un claro espejo del llamado "procés", creado y manipulado por ellos mismos hace más de una década y que ahora parece, por fin, que llega a su final.

Durante mucho tiempo, los miembros de Junts y ERC han sido los que han sostenido, mediante su telaraña orgánica a las instituciones, administraciones y medios de comunicación, la gran estafa del proceso.

Una estafa que, tristemente para muchos catalanes no independentistas, hemos tenido que soportar a través del bombardeo constante de mentiras, insultos y etiquetas con poco glamour en verso a los disidentes de la ideología oficialista instaurada por tierra mar y aire, por|para los tentáculos, subvencionados, de sus serviles soldados.

El chiclé del proceso ya no se puede estirar más. I Junts no ha calculado bien el último estirón. Una acción que hará saltar todo aquello para el cual han trabajado durante tantos años, es decir, vivir de su propia mentira.

El chiclé del proceso ya no se puede estirar más. Y Junts no ha calculado bien el último estirón

Ellos mismos han hecho grande al monstruo que ahora acabará engulléndolos sin memoria histórica.

La frustración de los que, de buena fe, se creyeron todas sus mentiras, la íbamos avisando todos aquellos en los que nos nombraban malos catalanes, traidores o colaboracionistas|mofletudos. Siempre acompañados de otros conceptos como fascistas, españolistas o colonos.

Pues bien, el día D ha llegado, y todo eso que algunos avisábamos, se ha demostrado que era inviable, que no se podía llevar a cabo y que era una engañifa.

Ahora toca reconstruir Catalunya y trabajar para los problemas reales de nuestra ciudadanía

Ahora toca gestionar el puesto proceso. Ahora toca reconstruir Catalunya y trabajar para los problemas reales de nuestra ciudadanía. Se ha acabado estar todo el día hablando de lo que ya no interesa a nadie. Sólo aquellos partidos que estén a la altura de entender lo que realmente preocupa a los catalanes de pie, propongan soluciones reales y gestionen con todos sus sentidos los recursos de los ciudadanos, podrán conseguir su confianza y volver a Catalunya en el sitio donde nunca nos tendríamos que haber marchado.

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