Opinión
David Mejía Ayra
Opinió

Acertar para sobrevivir a las municipales

Las próximas elecciones municipales, en mayo de 2023, serán, sin duda, un claro indicador en el futuro de los actuales partidos en Cataluña.

Por un lado, en el bloque independentista, tenemos un partido, Junts por Catalunya, que se jugará su supervivencia territorial después de su salida en el Govern de la Generalitat. La antigua Convergencia, difuminada en la actualidad en no se sabe exactamente en qué, puede perder su poder local por las decisiones tomadas en los últimos tiempos por parte del ala más radical.

La antigua Convergencia, difuminada en la actualidad en no se sabe exactamente en qué, puede perder su poder local por las decisiones tomadas en los últimos tiempos por parte del ala más radical.

La centralidad de la derecha nacionalista, que en época de Pujol la gestionaba con un rédito electoral indudable y exquisito, puede pasar a la historia enfrente de la nueva moderación del sector soberanista, encarnada, actualmente, por ERC. Un pragmatismo estudiado que puede hacer a los republicanos apropiarse del espacio Convergente por una buena temporada en localidades gobernadas históricamente por la derecha soberanista.

Un pragmatismo estudiado que puede hacer a los republicanos apropiarse del espacio Convergente por una buena temporada en localidades gobernadas históricamente por la derecha soberanista.

A la parte contraria, en el sector constitucionalista, encontramos como la falta de estructura local de Ciutadans y Populares puede acabar favoreciendo el voto útil hacia un partido socialista que siempre ha demostrado su fortaleza municipal, tanto en los buenos como en los malos momentos de sus siglas.

Estará en manos de Ciutadans, afinar en su estrategia comunicativa, para evitar un desastre anunciado por todas las encuestas. La última oportunidad para sobrevivir depende de la audacia de sus dirigentes, para entender cuáles son las preocupaciones reales de la sociedad catalana a sus municipios y que se les vea como un voto útil y necesaria.

Por su lado, el Partido Popular, parte de una posición de salida mejor que la de la formación naranja. Después de perder gran parte de su representación municipal hace 4 años, ahora se encuentra en una tendencia ligeramente al alza, consecuencia de su más que posible subida en el ámbito nacional y alternativa real en el gobierno español. Sin embargo, tendrá que mirar por el retrovisor que no se escapen aquellos votos más extremos hacia VOX, que tiene como virtud acertar en el mensaje que la gente necesita escuchar.

Sea como sea, queda claro que ahora es el momento de afinar las estrategias de campaña. Aquellos que sepan adivinar la tecla con sus propuestas y puedan hacer entender a los electores que son la mejor opción para defender sus intereses, se llevarán el poder seguir formando parte de los actores que decidirán el futuro de Cataluña.

Un futuro que, desde mi punto de vista, tiene que pasar página del Procés y la confrontación que nos ha supuesto este, a lo largo de los últimos 10 años, y que tiene que aportar soluciones a los retos que tenemos como comunidad dentro de un mundo globalizado y conectado entre sí.

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