Gen golpista en el corazón del Estado
El bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial no sólo es un escándalo, sino que es sobre todo un síntoma. Lo es de una manera de proceder por parte de los círculos más reaccionarios del Estado que define una manera de entender el poder de unas élites que nunca han querido comulgar con las ideas ilustradas y el desarrollo de las democracias liberales en Europa.
En España, estas élites tienen su origen en la aristocracia y está fundamentada en una forma de patriotismo de caciques. En el alma de estas élites siempre ha habido un espíritu golpista cuando la razón de las urnas no les es favorable. Ya en la segunda república, orquestaron una operación que acabaría con la democracia con la creación de la CEDA y la creación del discurso para legitimar el golpe de estado que daría paso a 40 años de dictadura.
Estos sectores vuelven a repetir la estrategia. De hecho, iniciaron este recorrido con el aznarismo, aquel periodo en que la derecha española volvió al poder después de más de una década. Los años de Aznar se plantearon como la recuperación del poder por parte de aquellos que nunca vieron con buen ojo que los socialistas llegaran a las instituciones. Y lo hicieron con una colonización progresiva de las principales instituciones judiciales, militares y económicas del país. Se planteaba como una reconquista, término que hoy utiliza sin ambages un cachorro del aznarismo, Santiago Abascal.
Los años de Aznar se plantearon como la recuperación del poder por parte de aquellos que nunca vieron de buen ojo que los socialistas llegaran a las instituciones
Hoy ya se puede decir que han colonizado prácticamente todas las teclas que hacen que el poder representativo sea solamente un teatro. Con el control del resto de poderes han alcanzado su objetivo, frenar cualquier avance democrático que ponga en peligro sus privilegios. Con el control de los jueces, tienen la capacidad para frenar la desjudicialización en Catalunya, tienen la capacidad para desarticular la disidencia o la protesta de los sectores desfavorecidos por un sistema de privilegios, y pueden frenar la sangría sentenciadora para las decenas de casos de corrupción que afectan al PP.
Los vencedores de la Guerra Civil Española han vuelto a cabalgar sobre el mismo caballo de siempre y han situado su gen golpista en el corazón de las instituciones del Estado
En definitiva, los vencedores de la Guerra Civil Española han vuelto a cabalgar sobre el mismo caballo de siempre y han situado su gen golpista en el corazón de las instituciones del Estado. Y como decía Montesquieu “no Hay peor tiranía que la que se ejerce al amparo de la ley y en nombre de la justicia”
