
Manual del populista
Todo el mundo habla de los populistas, le ponen rostro, ideología, lenguaje, pero la verdad dista mucho de lo que se dice, Maduro, Trump, Bolsonaro y Lula, Santiago Abascal... ¿Pero son realmente todos ellos populistas? Aquí unas claves para entender cómo funcionan, qué persiguen y qué tienen en común.
• El populismo es un estado de ánimo, no un movimiento ideológico.
• El populismo no es de derechas ni de izquierdas, son promotores de la ira como motor de movilización electoral, que pretende llegar al Gobierno con un solo objetivo, vengarse, no gobernar.
• Se preparan para ganar elecciones, pero no se preparan para gobernar. Su objetivo no es cambiar nada, es llegar al poder y permanecer sobre la base de la persecución de sus adversarios.
• La revolución de los olvidados consiste en votar la opción populista no para mejorar su calidad de vida, sino para vengarse del poder actual.
• El elector que vota una opción populista es sabedor que su futuro no mejorará, pero desea que el futuro de los políticos sí que empeore.
• El programa electoral del populismo se cumple simplemente con echar los que están en el gobierno, no se les pide más. Expulsarlos es cumplir.
• Su programa electoral se construye sobre la base de los errores de los partidos tradicionales. No son alternativa, son vehículos de venganza, promotores del odio y amantes de la polarización.
• El populista no busca soluciones, busca culpables.
• Tienen gran capacidad para describir el problema, pero son incapaces de articular una sola solución.
• El buen populista no dice aquello que necesitas, dice aquello que quieres escuchar.
• El populismo es hijo de los malos gobiernos tradicionales, hijo de los abusos, de la corrupción, de la indiferencia y del abandono de las clases más populares.
• El objetivo del populismo es enfrentar a los ciudadanos y no enfrentar las soluciones, porque viven del conflicto, no del acuerdo.
• Así que si estás pensando votar por venganza, piensa, hoy van por ellos, mañana, irán por ti. La venganza de hoy será tu lágrima de la mañana.
Y si molesta, lo siento.