Opinión
Jordi Cabré
Opinión

El tema de Barcelona

Ada Colau desea que el gran tema de las elecciones municipales en Barcelona sean las “Superislas”. Es una cuestión deliberada, como se puede comprobar por el hecho que todos los proyectos y titulares que el Ayuntamiento ha generado durante el último año han versado sobre movilidad, pilones, pinturas, peatonalitzacions, carriles bici, patinetes, tranvías, persecución de los coches y cortes de vías. La intención es, como se puede adivinar, presentar a cualquier persona (o candidato) que se oponga como la antítesis de la sostenibilidad, los árboles y los pájaros: si no estás de acuerdo con la Superislas del Eixample, eres un adicto al CO₂ y a los tubos de escape y a las chimeneas dickensianas. Hacer pivotar el debate hacia el “Superisla sí / Superisla no permite” esquivar, además, los verdaderos problemas de la ciudad. Precisamente aquellos por los cuales Ada Colau se convirtió en alcaldesa: entiéndase, las políticas de justicia social.

Hacer pivotar el debate hacia el “Superislas sí / Superislas no permite” esquivar, además, los verdaderos problemas de la ciudad. Precisamente aquellos por los cuales Ada Colau se convirtió en alcaldesa

Mientras los precios de las viviendas y los bajos salarios, combinados con l'entorpiment de las iniciativas y proyectos privados que se quieran desarrollar en la ciudad, hacen que muchos de los actuales barceloneses quieran marcharse a vivir al Vallès o en el Maresme, la gran obsesión del gobierno municipal (Collboni incluido, por mucho que ahora resulta que reniegue) es desnaturalizar el Eixample y hacer un tranvía por el centro de su gran vía diagonal. Evidentemente que puede haber Superislas y tranvías, pero no tan evidentemente tienen que ser justo en medio de la ciudad provocante verdaderas trombosis en su tránsito rodado. A nadie se le ocurriría poner un tranvía en la Quinta Avenida de Nueva York, y eso no impide que estén los proyectos más innovadores sobre sostenibilidad y regeneración de barrios en Manhattan.

Evidentemente que puede haber Superislas y tranvías, pero no tan evidentemente tienen que ser justo en medio de la ciudad provocante verdaderas trombosis en su tránsito rodado

Se trata de hacer las cosas bien, y escuchando a los vecinos (y las vecinas), en lugar de tirar de dogma. Por|Para la reconversión de la Via Laietana el diálogo con los habitantes del barrio ha sido próximo a cero, de manera que allí donde hace un siglo se derribaron murallas (para poder hacer más fluïd el Barrio Gótico y más accesible el Puerto), ahora se nos construye otro tipo de muralla en forma de paseo de circulación bien restringida. Nada en contra de los paseos, ni de los árboles, ni de las zonas para peatones: pero se trata, como decíamos, hagan las cosas bien y no para quedar bien. Mientras tanto, como también decíamos, la juventud se marcha de la ciudad porque no se puede permitir vivir allí. Sí: el Ayuntamiento ha transformado la Superisla, que es una buena idea, en una pura “pijada”. Y lo pagaremos caro. Nunca mejor dicho.

Categoría: Opinión
Etiquetas: Barcelona Ada Colau