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Opinión
Jordi Cabré
opinión

Trias, Rosell, Collboni, Barcelona

En el mismo día, Trias confirma que ya tiene a punto su “sí”, Sandro Rosell confirma que no da la talla. Es realmente sorprendente la capacidad que tiene Rosell de estropear su reputación cada vez que se acerca a un micro. Creo que no tiene que ver tanto con él como con el estilo de personas que lo rodean: perfiles de gente vacía, sin ideas, sin alma, insípidos “gestores” del día a día o simples habitantes de la burbuja del Upper. El mes de junio ya salió lo bastante escaldado de su entrevista con Laura Rosel, donde vino a decir que para ser alcalde no hace falta tener mucha ideología, sino solo montar un equipo de "expertos” en varias disciplinas. Como si fuera una empresa, o todavía peor, como si fuera una fábrica. También entonces pidió en público permiso a la mama para presentarse, y el resultado de este peculiar globo sonda fue perderse en las profundidades abisales sin que recibiera ningún mensaje de retorno. Excepto uno: que el globo, en efecto, todavía podía hundirse más abajo.

Es realmente sorprendente la capacidad que tiene Rosell de estropear su reputación cada vez que se acerca a un micro

Ahora Rosell ha vuelto, en el mismo día que Trias deja claro que lo tiene bastante decidido: ahora Sandro dice que en Qatar las mujeres no lo pasan tan mal y que le da pereza levantarse temprano, que no se quedará en el Ayuntamiento si pierde y, de nuevo, que la mama no las tiene todas. Por la noche, Trias revela sus esperadas intenciones. No es que Rosell haya sido nunca ningún adversario directo o de envergadura para Trias, pero el capítulo vivido este lunes ilustra mucho sobre qué se espera de una alternativa a la candidatura de Colau: o bien un Manuel Valls en versión catalana, animada por “gente bien” que no se siente cómoda con que los ciudadanos puedan decidir cosas, o bien alguien capaz de pasearse por todas partes porque comparte alguna idea, y algún sentimiento, con la ciudadanía. 

Sandro dice que en Qatar las mujeres no lo pasan tan mal y que le hace pereza levantarse temprano y que no se quedará en el Ayuntamiento si pierde

Y el tercero de la semana ha sido Collboni, que en un mitin con Pedro Sánchez venía a hablarnos de todo aquello que quiere hacer, pero que no le ha dado la gana de hacer durante estos cuatro años gobernando el consistorio. Primer Teniente de Alcaldía, nada menos. Y encima su lema “La Barcelona del sí”. Me pregunto si este “sí” incluye el derecho a la ciudadanía a votar su futuro colectivo: ¿es un “sí”, la respuesta del PSC? ¿Podemos votar? ¿O bien, como en el caso del tranvía de la Diagonal, se decidirán las cosas sin ningún aval electoral ni refrendari? ¿Cuál “sí”? ¿“Sí” en qué? Hasta ahora el PSC solo ha tenido uno “sí” en Ada Colau, como ella misma tuvo el “sí” de Manuel Valls. Y ya somos demasiada gente los que queremos decir “sí” en toda otra cosa.