Opinión
Jordi Cabré
Tiempo de lectura: 3 minutos
opinión

Invento de Vox

Tiempo de lectura: 3 minutos

VOX apareció de la nada, como Ciudadanos. Un día supimos que los de VOX habían llenado un palacio de congresos en Madrid, y desde entonces no han parado de crecer. Su masa social nace muy mayoritariamente de la reacción española al “proceso”, y minoritariamente como reacción al “progresismo” gubernamental (si ponemos entre comillas una cosa, también la pondremos la otra). No nació de forma natural y progresiva, sino repentinamente, casi artificialmente, de forma sospechosamente rápida.

VOX aparece, pues, como el “coco” que se nos comerá si osamos hacer alguna cosa más que aumentar nuestra autonomía (vía Estatuto o vía reforma constitucional, ambas cosas directamente destinadas al fracaso)

Ciudadanos nació y creció de forma igualmente reaccionaria, es decir, como reacción al crecimiento del independentismo, y ha desaparecido cuando el independentismo político ha quedado en buena parte desactivado. Ahora la nueva herramienta útil es VOX: una vez utilizada la herramienta que era C's para intimidar a los catalanes con el fantasma de la división social, ahora la nueva herramienta de VOX tiene que servir para intimidarlos con el fantasma del franquismo. Algunos catalanes se dejan intimidar y reaccionan con nuevos Pactos de San Sebastián que tendrían, teóricamente, que abrir una esperanza reformista o republicana a España. Los resultados de la mesa de diálogo, sin embargo, son los que son. ¿Una vez nos encontramos aquí, pues, cuál es el próximo capítulo?

El PSOE venderá las elecciones generales del otoño como la última oportunidad de Catalunya de mejorar su autogobierno dentro de España, pero en realidad será la última oportunidad de España para demostrar que es reformable. Mi spoiler todavía no ha viariado (es decir, que no es reformable), pero falta para ver si el electorado catalán y los partidos políticos catalanes se tragarán esta letanía y también, evidentemente, falta ver si justamente estas promesas hacen que VOX y PP eviten cualquier tentación reformista.

VOX aparece, pues, como el “coco” que se nos comerá si osamos hacer alguna cosa más que aumentar nuestra autonomía (vía Estatuto o vía reforma constitucional, ambas cosas directamente destinadas al fracaso) pero también como el “cocos” que gobernará España y acabará reformándola, sí, pero de manera opuesta a lo que se había imaginado: suprimiendo autonomías o ilegalizando partidos, en definitiva. 

Lo que no saben es que este mecanismo del miedo ya no puede funcionar: primero, porque la autonomía ya se suprimió. Y no lo hizo la extrema derecha, no: lo hicieron el PP y el PSOE, los dos, con la misma cooperación necesaria. Y segundo, porque el independentismo ya está ilegalizado “de facto”: por vía judicial, policial, legislativa, administrativa o de espionaje, se ha ocupado de hacer que el independentismo político se ciña a un recurso retórico. Un acto de fe, una afirmación testimonial y sin efectos. Y yo digo que, delante de eso, el colapso que espera España los próximos años es monumental. Cuando vea que ni el teórico reformismo del PSOE tiene futuro, ni la teórica amenaza de VOX tiene ningún efecto real en Catalunya.

El PSOE venderá las elecciones generales del otoño como la última oportunidad de Catalunya de mejorar su autogobierno dentro de España, pero en realidad será la última oportunidad de España para demostrar que es reformable

¿Qué hace falta para que eso suceda? ¿Qué le falta al independentismo? Pues demostrar que no ha perdido capacidad, a pesar de los errores cometidos y la persecución sufrida, de tener una propuesta sólida y estimulante. Visto el espejo con el cual pronto volverá a chocar España, no tendría que ser tan difícil.

Categoría: Opinión