Opinión
Maria de la Pau Janer
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¡Si queremos ser buenos ciudadanos, atención!

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¿Quién ha decidido dividir el mundo en buenos y malos? ¿Quién establece en nuestra sociedad como tenemos que vivir? Las personas se dividen en listas diferentes. En la lista de los buenos ciudadanos, no es sencillo entrar. Hay requisitos indispensables: 

Primero, tenemos que ser veganos. Si alguien opta por ser vegetariano, se le perdonará porque, a pesar de sus faltas, va por el camino correcto. 

Segundo, tenemos que tener un perro o un gato a quien tenemos que tratar como el rey de la casa. No se trata de traumatizar a los animales. Las alfombras, los sofás, las puertas… estarán al servicio de nuestras mascotas, y no al revés. La cama dejará de ser nuestra, y pasará a estar ocupada por una criatura que marcará territorio. 

Si alguien opta por ser vegetariano, se le perdonará porque, a pesar de sus faltas, va por el camino correcto

Tercero, si tenemos órganos genitales femeninos y, por lo tanto, la regla, tenemos que utilizar la copa menstrual, el gran invento. 

Quart, tenemos que procurar optar siempre por el transporte público y, si es posible, ir en bicicleta. Imaginarnos que Barcelona es Amsterdam, por ejemplo, e ir haciendo. 

Si alcanzamos estos objetivos, la vida será mucho más bonita. Seremos personas preocupadas por el medio ambiente, conscientes y responsables. 

Las malas personas son las que no cumplen estas normas. Damos un repaso: Comer carne es terrible. Renunciar a los animales domésticos nos hace poco solidarios. Usar tampones o compresas nos convierte en terroristas del medio ambiente. Odiar el carril bici es propio de energúmenos incivilizados. Todas estas personas irán al infierno.

Usar tampones o compresas nos convierte en terroristas del medio ambiente .Odiar el carril bici es propio de energúmenos incivilizados

En una ocasión, una conocida, que es vegana y guerrera, me dijo que nunca podría tener relaciones sexuales con otra persona no vegana. Ante mi perplejidad, fue contundente: “Nunca podría irme a la cama con un asesino”, me aseguró. 

Tengo amigas locas de amor por sus mascotas. Me envían cientos de fotografías deliciosas. A algunas, les gusta consentirlas hasta unos límites que nunca permitirían a sus hijos. Tienen una relación tierna con los animales, y a veces… conflictiva con las personas. 

La copa menstrual se ha puesto de moda como el gran invento higiénico, respetuoso con el medio ambiente, y económico. Todo son ventajas. Nadie habla de las dificultades para ponerla o sacarla bien. Es necesario un tiempo para descubrir el sitio exacto dónde colocarla (que no es lo mismo que los tampones). Es importante hacer hueco con dichos para que salga fácilmente. Tampoco se habla de la importancia de limpiarla con cuidado. Ni de los inconvenientes de tener que vaciarla en un restaurante o en un sitio público sin parecer que somos hijas del conde Drácula.

Ir en bicicleta es fantástico en los lugares que tienen cultura de la bicicleta. En el modelo de ciudad Mediterránea, que suele ser un caos circulatorio, los carriles bici son muy peligrosos. Todo el mundo conoce a alguien que ha sido atropellado por una bicicleta o un patinete. Antes de hacer tantos carriles bici, tendríamos que hacer un poco de educación sobre movilidad ciudadana.

Conclusión: Los peatones acaban convertidos en las grandes víctimas de los coches, las bicicletas, los patinetes, los que discuten porque quieren comer jamón, las señoras que no recogen los excrementos de sus perros, y la vida en general es complicada.  

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