Opinión
Jordi Cabré
Tiempo de lectura: 4 minutos
opinión

Pre-política

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Utilizar bien los prefijos. “Anti” significa oposición, o bien invierte el sentido de la raíz que se indica (y no de otra cosa). Por lo tanto, “antipolítica” tiene que querer decir a la fuerza estar en contra de la política, y dudo de que muchos de los que hoy se muestran críticos con los partidos actuales estén en contra de la política. Lo mismo sucede con “contra”, que significa opuesto a alguna cosa, de manera que una cosa “antinaturaleza” nos suena igual que “contranaturaleza”. Y no, no se trata de estar en contra de la política de por si. Eso lo sabe, y lo ve, todo el mundo. 

“Antipolítica” tiene que querer decir a la fuerza estar en contra de la política, y dudo de que muchos de los que hoy se muestran críticos con los partidos actuales estén en contra de la política

Quizás tendríamos que hablar del prefijo “alter”, es decir con voluntad de marcar una alternativa, como se hace precisamente con los conceptos “alternativo”, “alter ego”, etcétera. O incluso, en caso de total apatía u orfandad, utilizar el prefijo “a” cómo se hace con “apolítico”, “asexual” o “aconfesional”, de la misma manera que se podría utilizar “extra” para considerarse situado fuera de los espacios políticos actuales, o “meta”, si se quiere indicar que te sitúas más allá de los mismos. Hay muchas maneras de situarse alejado de las opciones actuales o incluso del sistema que las rige, pero hacerlo derivar hacia la palabra “antipolítica” es una manipulación lingüística que convendría no tolerar.

No, la gente que tiene una idea diferente no es antipolítica. O como mínimo no es conscientemente, como una persona antisocial podría no considerarse nada antisocial. Lo que no se vale es tildar de todos los críticos como simples rebentadors o destructores, ya que, incluso en caso de que ocurriera un cataclismo político, sin duda nuevas formas de hacer política brotarían. La política no se destruye, sino que se transforma: como en el lenguaje, puede cambiar el prefijo pero la raíz permanece siempre estable.

Uno de los últimos recursos argumentales haciendo intercambio de prefijos lo utilizó Xavier Trias asegurando que, más que por la “independencia”, conviene trabajar por la “no dependencia”. Si “in” significa “ausencia de”, como en “indoloro” o “ilegal”, el prefijo "no" evoca “el contrario de”, como en el caso de “no beligerancia” o “no intervención”. Por lo tanto, en concreto, la independencia significaría no tener dependencia mientras que la no dependencia indicaría defender el contrario de la dependencia. El matiz es minúsculo, lo sé, pero intenta apuntar que hay una manera de ser no dependiente, o el contrario de dependiente, que no implique necesariamente ausencia total de dependencia. Se diría que eso es la definición de un Estado europeo ahora mismo, en su interpretación federal o confederal, pero resulta que ninguno de ellos se consideraría a sí mismo uno “estado no dependiente” sino en todo caso un estado que forma parte de una asociación de estados: la soberanía se puede ceder, pero se puede también recuperar, como ha hecho Gran Bretaña con el Brexit. De lo que depende, por lo tanto, es de si tomas como modelo Euskadi (que no tiene soberanía, pero tiene una fuerte no dependencia) o bien Francia o Irlanda. Depende, también, de la fuerza que crees tener por|para una cosa o la otra. Y, sobre todo, depende de si hay alguien en la otra banda dispuesto a facilitarte alguna vía de no dependencia. 

La gente que tiene una idea diferente no es antipolítica. O como mínimo no es conscientemente, como una persona antisocial podría no considerarse nada antisocial

Creo que no es el caso, y creo que cualquier cesión en este sentido será vista, por parte del Estado español, como una entrega de armas (de herramientas) a la sediciosa comunidad para los propósitos más malévolos. Nada que no sepamos desde Prat de la Riba, Cambó, Macià, Compañeros, Tarradellas, Pujol y Maragall. En este sentido, pasa el mismo que en los casos anteriores: el prefijo puede cambiar según una estrategia o la otra, pero la raíz, es decir la dependencia, se mantiene siempre establo. Y eso es lo que hay que cambiar. De raíz.

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