Opinión
Jordi Cabré
Tiempo de lectura: 3 minutos
opinión

El guion del acuerdo de claridad

Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Quién quiera probar de entender los movimientos del gobierno catalán actual hacia el conflicto Catalunya-Espanya solo tiene que consultar la Resolución de la Asamblea de Parlamentarios del Consejo de Europa de junio del 2021, titulada “Tendrían que ser perseguidos los políticos por declaraciones efectuadas en el ejercicio de su mandato”? y donde se hacían recomendaciones generales a todos los miembros a liberar a todos los políticos contemplados en el perfil de presos políticos (“ejem ejem y no miro a nadie”, parecía decir) así como recomendaciones más específicas en Turquía y en España. Con respecto a este último:

No se puede esperar, por lo tanto, que de la propuesta de acuerdo de claridad salga nada que subvierta el orden constitucional español

1. Había que reformar los delitos de sedición y rebelión en el sentido de no contradecir la despenalización de la convocatoria de referéndums ilegales del 2005, o bien de no suponer sanciones desproporcionadas en acciones no violentas. Como sabemos, estos cambios legales se cumplieron a medias y desvían ahora casi toda la presión a unos “desórdenes públicos agravados” que vuelven a referirse a conceptos abstractos e interpretables.

2. Considerar el indulto o amnistía de los presos independentistas catalanes, y parar la persecución de otros políticos que vivan al extranjero perseguidos también por el referéndum del 2017.

3. Parar la represión de cargos intermedios y la de aquellos que simplemente expresan su apoyo y solidaridad.

4. Asegurar que el delito de malversación se aplica solo cuando cantidades determinadas de presupuesto público son desviadas. Como sabemos, esta modificación no se ha producido en estos términos y el tipo todavía puede incluir conductas que no impliquen esta determinación precisa de cantidades.

5. Parar de requerir a los políticos catalanes a rectificar sus opiniones o convicciones para obtener regímenes sancionadores menores o medidas de indulto.

Y la interesante en este momento:

6. Empezar un diálogo abierto y constructivo con todas las fuerzas políticas catalanas, incluidas las que se oponen a la independencia, con el objetivo de fortalecer la calidad democrática española, “uno de los estados más antiguos de Europa” (sic), mediante la primacía del imperio de la ley, el buen gobierno y el total con respecto a los Derechos Humanos, sin recurrir al Código Penal, pero con total con respecto a la orden constitucional español.

No se puede esperar, por lo tanto, que de la propuesta de acuerdo de claridad salga nada que subvierta el orden constitucional español. Y, si como es improbable se introduce la idea de referéndum de autodeterminación, tendrá que estar basándose en las interpretaciones de juristas a las cuales el Estado nunca ha hecho caso, y que ya antes del 2017 localizaron vías constitucionales para su celebración. Todo lo que no sea eso será “mejorar la democracia española”, debatir con catedráticos contrarios ya no a la independencia sino al referéndum (A Àstrid Barrio lo llegaba a considerar uno “hecho violento”, contraviniendo el criterio del matxi Consejo de Europa) y en ningún caso nada que necesariamente tenga que fortalecer el autogobierno de Catalunya, es decir, no haría falta ni siquiera abordar la idea de un nuevo Estatuto ni de un estatus especial para la nuestra sediciosa, peculiar y no obstante simpática región.

Nosotros queremos hablar sobre los problemas de la democracia catalana: básicamente, de cómo hacer respetar de una vez nuestro voto del 2017

En definitiva, que vamos a reformar España. Por favor, cuando acaben sus deliberaciones y propuestas sobre el problema español, avísennos. Nosotros queremos hablar sobre los problemas de la democracia catalana: básicamente, de cómo hacer respetar de una vez nuestro voto del 2017.

Noticias relacionadas