Incertidumbre total por la misteriosa muerte del hombre de Vic: los Mossos buscan sus piernas y sus brazos
La muerte del vecino de Vic Joan Pere Madurell tiene cada vez más incógitas por resolver. Las investigaciones apuntan hacia una muerte criminal con posterior fragmentación del cadáver. La intención del asesino, por tanto, habría sido intentar confundir a la policía y complicar lo máximo posible el proceso de identificación.
¿Por qué es importante? Tras la aparición de la cabeza de la víctima en Badalona y del cuerpo decapitado en el distrito de Gràcia de Barcelona, uno de los objetivos de los Mossos d'Esquadra es encontrar ahora el resto del cadáver. Según avanza el diario El Punt Avui, en los restos corporales hallados en Gràcia no estaban las extremidades: ni brazos, ni piernas.
¿De dónde venimos? El pasado 29 de enero se perdió la pista de un vecino de Víc, Joan Pere Madurell, entre Santa Coloma de Gramenet y Badalona.
- El 7 de marzo unos hombres que buscaban espárragos en una zona de bosque en Badalona encontraron por casualidad en medio de la vegetación una cabeza humana.
- A través del análisis odontológico pudo demostrarse que la cabeza pertenecía al hombre desaparecido.
- Perros adiestrados rastrearon todo el área pero no encontraron más restos humanos.
- El pasado jueves un mosso fuera de servicio encontró un cuerpo con signos de violencia cubierto de bolsas de plástico cerca de unos contenedores en una calle de la parte alta del distrito de Gràcia, Ca l'Alegre de Dalt.
¿Qué sabemos? El doble caso se investiga ya como un único crimen.
- Sin embargo, hay que confirmar todavía que el cuerpo hallado en Gràcia es de Madurell.
- Por el momento, sólo es posible hacerlo a través de las pruebas de ADN porque la identificación mediante huellas dactilares deberá esperar a la aparición de las extremidades.
- Los Mossos trabajan para localizar la escena del crimen y aclarar cómo se pudieron desplazar los fragmentos corporales en puntos tan alejados entre ellos.
- La policía catalana está interrogando a las personas que estuvieron con Madurell en Badalona antes de su desparición, pero también a compañeros de trabajo y el entorno de la víctima, en la comarca de Osona.
Con detalle. Según confirma El Punt Avui, el hombre trabajaba en Casa Tarradellas y faltó al trabajo el día en el que se perdió su rastro.
- Madurell había pasado el fin de semana en casa de su novia, en Santa Coloma de Gramenet.
- Pero en vez de ir a Vic a trabajar, fue a un bar de Badalona donde había quedado con una persona de nombre Óscar, que la víctima había conocido por casualidad en la parada de metro de Fondo cuando le pidió un cigarrillo.
- Lo que sucedió a partir de ahí es ya muy confuso y las declaraciones de los testigos, muy contradictorias.
- Madurell dejó de responder mensajes la mañana del día 29 y al atardecer su teléfono ya estaba apagado.
