Opinión
Saül Gordillo
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Gobierno de izquierdas

Goteo de exconsellers de Junts hacia el mundo municipalista como refugio. Gemma Geis avista la vacante de alcaldable de Girona. Meritxell Budó, que ha pasado de aspirar a relevar a Josep Maria Argimon como conseller de Salud a perder el trabajo en el Departamento, se ofrece para volver a optar en la alcaldía de La Garriga. No se descarta que Jordi Puigneró acabe de candidato a la alcaldía de Sant Cugat. Y, en todo eso, Xavier Trias todavía no ha dado síntomas de tirar la toalla de la candidatura de Barcelona. Todo lo contrario, porque dio apoyo desde el momento que se conoció el resultado de la consulta interna de Junts, y las encuestas parece que le sonríen. Las municipales serán la primera prueba de fuego para Junts después de una decisión histórica, y habrá que medir si la opa 'juntaire' al 'mundo pedecat' se detiene en seco o, incluso, si involuciona como parecería que está pasando en Lleida.

Gemma Geis en Girona. Meritxell Budó en La Garriga. Jordi Puigneró en Sant Cugat. Y Xavier Trias no da síntomas de renunciar a la candidatura de Barcelona

Mientras tanto, Oriol Junqueras centra la atención al día siguiente de la ruptura del Govern por parte de Junts y deja que los focos no deslumbren a un discreto president a Pere Aragonès que hace el trabajo en Palau configurando su segundo gobierno, 500 días después de haber recibido el apoyo de Junts y CUP para iniciar la legislatura. Aragonès en Palau con la consellera Laura Vilagrà, que ya era vicepresidenta in péctore y ahora quizás lo será formalmente, y con Sergi Sabrià, el hombre fuerte en Presidencia, acaba de encajar piezas para un gobierno monocolor que tendrá muchos matices, con técnicos, independientes y fieles escuderos republicanos como podrían ser Marc Ramentol, Natàlia Mas y Albert Castellanos.

Con Vilagrà y Sabrià en Palau, el president Aragonès encaja piezas de un gobierno monocolor que tendrá fieles escuderos republicanos como podrían ser Ramentol, Mas y Castellanos

Los de su generación y con los que ha trabajado pueden llenar vacantes 'juntaires' en un Consell Executiu que tendrá perfume izquierdoso, que no de tripartito. Gente a la izquierda de ERC y gente en la frontera entre independentismo y soberanismo. Quizás algún recuerdo maragallista, un aire a Pacte del Tinell pero sin tres partidos, sino sólo con uno.

Decía que Junqueras ha centrado la atención este sábado para cortar de cuajo cualquier intento de Junts de instalar el frame que vuelve el tripartito. A diferencia de la época de Artur Mas y David Madí, esta 'postconvergencia' vencida por el alma más transgresora lo tendrá difícil para atiar al fantasma de un tripartito PSC-ERC-Comuns cuándo resulta que Junqueras ha abierto este sábado la puerta a una prórroga presupuestaria en la Generalitat para el 2023 en caso que Junts se cierre en banda y para evitar tener que depender de los socialistas.

La 'postconvergencia' vencida por el alma más transgresora lo tendrá difícil para atizar al fantasma de un tripartito PSC-ERC-Comuns

Nuevamente, Junqueras corta cualquier protagonismo a Salvador Illa, que, más sereno que nunca, asegura que su mano sigue tendida para continuar la negociación presupuestaria que, supuestamente, había empezado con el Departament de Economia en manos de Junts. ERC tiene claro que no quiere a ningún tripartito a pocos meses de las municipales. También tiene claro que no habrá elecciones catalanas antes de las municipales de mayo del 2023, por mucho que sus exsocios independentistas se lo reclamen día sí día también. La mesa de diálogo entre catalanes que exige Illa no existirá formalmente, pero inevitablemente la negociación interna, en Catalunya, tendrá más valor ahora y será una mayor necesidad para la buena salud del Govern que tendremos a partir del martes.

Categoría: Opinión
Etiquetas: Generalitat ERC Junts