Opinión
Jaume Barberà
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Junts, partido de oposición

Fiesta grande: el vicario con sueldo vitalicio, la presidenta suspendida del Parlament Laura Borràs, la ANC y la galaxia Waterloo y otros conocidos agotaron el viernes todo el cava y champán. ¿Qué celebraban? Que los militantes de Junts habían decidido pasar a la oposición o, si queréis, según palabras textuales de la ANC, que “es el pueblo quien sigue teniendo el poder de cambiarlo todo”! El pueblo, sí, señor, con dos cataplines: ¡el pueblo!

Y quién es el pueblo, según el diccionario totalitario de la ANC: las menos 3.000 personas que votaron a favor de salir del gobierno. Te pellizcas y no te sale sangre: es increíble esta deriva totalmente trumpista de una entidad que había sido un sumatorio de voluntades y de sueños, y que hoy, es, sencillamente, un esperpento partidista totalmente alejado de la realidad y, además, excluyente.

Deriva totalmente trumpista de la ANC, que había sido un sumatorio de sueños y hoy es un esperpento partidista totalmente alejado de la realidad

Con el resultado de la votación de la militancia de Junts, el 'militante de base' Puigdemont vuelve a fundar otro partido sin necesidad de cambiar el nombre. Su escudera, Laura Borràs, ya se encargará de segar la hierba muy cerca.

Las necesidades del exilio, de Waterloo concretamente, continúan atrayendo más apoyo que las realidades del interior. Eso es un hecho. Es posible que un porcentaje bastante significativo de este apoyo provenga de los revolucionarios de segundas y terceras residencias, es decir, de personas que no sufren para llegar a final de mes.

Como he escrito y defendido más de una vez, el exilio lucha por no caer en el olvido. La independencia es pura y simple retórica, entre otras cosas porque, hoy, es del todo imposible. Y además a pesar de los Preparem-nos que puedan llegar a escribir, lo saben.

La independencia es pura y simple retórica, entre otras cosas porque, hoy, es del todo imposible

El “cuanto peor, mejor” del exilio, ahora secundado oficialmente por Junts, es una oportunidad de oro para ERC. No tendrán otra. El realismo mágico del exilio ha dejado huérfanos decenas de miles de votantes moderados. Unos votantes que hoy mirarán con más atención al PSC, si ERC tiene la tentación de jugar a ver quién es más de izquierdas.

¿Y qué harán los que han perdido en Junts? ¿Se encuentran cómodos en la galaxia de Waterloo? El primero que lo tendría que pensar a fondo, si es que ya no lo ha hecho, es Jordi Turull. Los que han perdido, el 42%, lo hicieron secretario general. Y él no quiso pronunciarse antes de la votación, cosa que dice mucho de la situación en qué se encuentra. Sea como sea, Borràs ya se lo ha comido con el visto bueno de Puigdemont

Categoría: Opinión
Etiquetas: Junts Generalitat
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