Opinión
Joan Julibert
Opinión

La otra Catalunya

En Catalunya más de un millón y medio de personas viven en el umbral de la pobreza. Son personas que no tienen todas las necesidades cubiertas y que sufren el riesgo de exclusión que los aparta de toda posibilidad de progresar y nos aparta como sociedad de la tanto repetida igualdad de oportunidades 

Estos son los otros catalanes, aquellos a quienes se les escatima espacio en el debate público y que normalmente están al margen de los grandes debates de país. Estos días el Parlament de Catalunya ha iniciado la tramitación de la ley del Tercer Sector, una ley que persigue una cosa tan simple como las organizaciones y entidades que atienden a estas personas tengan un reconocimiento legal e institucional. Por que sí, hasta ahora no había ninguna normativa que amparara el trabajo que hacen estas profesionales en la mejora de las condiciones de vida de una cuarta parte de la población, como si no existieran. Son personas que no tienen acceso a la vivienda, que tienen que acudir a la caridad para comer o que, en plena “epidemia” de salud mental, no tienen posibilidades de tratamientos psicológicos, para poner sólo tres ejemplos.

El Parlament ha iniciado la tramitación de la ley del Tercer Sector, que persigue una cosa tan simple como las entidades que atienden a estas personas tengan un reconocimiento legal e institucional

Una ley que tendría que interpelar a Govern y oposición si lo que se quiere es alcanzar un modelo social más justo, porque también las sociedades definen su carácter y su desarrollo con la atención que son capaces de dar a las personas que más lo necesitan. La desigualdad es un termómetro que sirve para definir el grado de desarrollo colectivo. Por eso una ley como la que se está tramitando en el Parlament se convierte en una necesidad de país, mes hacia allá de las luchas partidistas o ideológicas. Construir la Catalunya del futuro también es intentar integrar en todos y todas a las ciudadanas en los éxitos colectivos. 

Ahora que se debatirán los presupuestos y que, una vez más nos los presentarán como los más sociales de la historia, sería bueno que tuvieran en cuenta esta otra Catalunya, porque un país socialmente justo es también un país con más capacidad de capitalizar el talento y de progreso.  

Categoría: Opinión
Etiqueta: Parlament