Opinión
Saül Gordillo
Opinión

'Tites, tites'

"Tites, tites. ¿Quiénes se han creído que somos? ¡Se piensan que estamos aquí por el comedero!" Los más jóvenes no sabrán a quién corresponde este fragmento del discurso impactante de un político catalán retirado. Jordi Turull ha querido este fin de semana imitar a Jordi Pujol, y a pesar de ser el más pujolista de los dirigentes de Junts no le llegó en la suela del zapato. "¿Quiénes se han pensado que somos? ¿Por quién nos han tomado? ¿Que se piensan, que por 4 despachos y 4 coches oficiales renunciaremos al alma, el espíritu y la misión de Junts per Catalunya? ¿Se piensan eso?", pronunció un visiblemente desanimado Turull, a años luz del enérgico Pujol del "tites, tites".

Cojan los dos discursos y entenderán esta comparación como la explicación de lo que le ha pasado al espacio convergente. Pujol podía sacar pecho con el "tites, tites" desde la presidencia de la Generalitat, y con el papel que CiU jugaba en la política española. Turull, en cambio, lanza un "por quien nos han tomado" sin convicción ni fuerza porque transmite nítidamente el estado de ánimo del sector de Junts con quién él más sintonizaba, a pesar de haber conseguido el equilibrio interno y salvar el aprieto de la consulta de la salida del Govern.

Turull lanza uno "por quien nos han tomado" sin convicción ni fuerza porque transmite nítidamente el estado de ánimo del sector de Junts con quién él sintonizaba

El pujolista Turull, a quien injustamente las circunstancias políticas nunca han acompañado porque hay que recordar que la CUP lo tumbó en su investidura como president de la Generalitat el día antes de ingresar en prisión, tiene en sus manos decidir si planta batalla interna para reconducir la situación hacia el reencuentro independentista con ERC o si se deja llevar por una tendencia irracional que un día apunta al cuarto espacio de Junts con la ANC y al día siguiente, a la sociovergencia.

El dilema de Turull: plantar batalla interna por el reencuentro con ERC o dejarse llevar por el arrebato que un día quiere el cuarto espacio con la ANC y al día siguiente, la sociovergencia

La dureza de la oposición, por mucho que estén las elecciones municipales y Xavier Trias como en zanahoria en la esquina, podría cohesionar a Junts después de la disputa interna para salir o mantenerse en el Govern sólo en caso de que haya una buena estratégia y que esta sea compartida. El reto de Jordi Turull es mayúsculo. Evitar escisiones y fricciones internas, y conseguir que se pongan de acuerdo y respeten su liderazgo en torno a una idea: volver a gobernar con ERC algún día, pasar a gobernar con el PSC en la Generalitat al igual que ahora se está haciendo en la Diputación de Barcelona o, dado el caso, soñar con una candidatura con la ANC que los pudiera convertir en la lista independentista más votada y confiar en que ERC se olvidará de las heridas de estos días y los investirá antes de optar por un acuerdo de ellos con los socialistas.

Volver a gobernar con ERC algún día, gobernar con el PSC en la Generalitat como en la Diputación de Barcelona o soñar con una candidatura con la ANC para convertirse en la lista independentista más votada 

Volver a recuperar los "4 despachos y 4 coches oficiales" sólo será posible siendo la muleta de los socialistas o de los republicanos en la Generalitat, porque ninguna encuesta dice hoy que Junts quede primera en las elecciones al Parlament ni les deja por delante de ERC en el bloque independentista. Rechazar los presupuestos del exconseller de Economía de Junts sólo para endurecer el tono de oposición al president Pere Aragonès no servirá para que Junts gane las elecciones ni, muy probablemente, para superar a ERC entre los votantes independentistas. Y si alguien cree que esto último es posible, entonces que calcule la distancia cósmica que se creará forzando al actual Govern a aceptar el 'sí' de Salvador Illa a los presupuestos de Jaume Giró-Natàlia Mas.