Silvia Orriols: "Hay que salvar a Catalunya de políticas que llenan las calles de violencia y de misoginia islámica"

Silvia Orriols es la candidata por Girona de Aliança Catalana a las elecciones al Parlament de Catalunya del próximo 12 de mayo. La formación que lidera la alcaldesa de Ripoll logró casi el doble de los avales necesarios para participar en los comicios.

A fondo: Para conocer a Orriols más de cerca, así como las propuestas que presentará durante la campaña, Principal, 8TV y Canal 4 han conversado conjuntamente con ella en una entrevista conducida por la periodista Marta Polo.

FRAGMENTO DE LA ENTREVISTA (que puede verse íntegra en el vídeo)

Eres la noticia de la semana por haber conseguido los avales para presentarte como candidata a las elecciones del 12-M. ¿Cómo afrontas la campaña electoral? Ha sido todo muy precipitado porque tampoco nos lo esperábamos. Esto nos obligó a hacer este despliegue de militancia en todo el territorio para poder captar todos los avales que nos exigían y a pesar de todos los obstáculos y las agresiones que sufrimos, lo hemos conseguido y, además, con creces porque en muchas zonas como, por ejemplo, Girona casi hemos triplicado los avales necesarios para poder participar. Estamos muy contentos y muy satisfechos por el esfuerzo que ha realizado la militancia y los simpatizantes del partido y de todas las personas que nos han avalado.

Hablas de obstáculos a la hora de recoger estos avales en la calle. ¿Por qué? Porque ha habido ayuntamientos de diferentes formaciones políticas que en vez de colaborar en un proceso participativo de elecciones, donde todos los partidos tienen derecho a captar estos avales para poder presentarse, han enviado directamente a la Policía Local para desalojarnos y que no pudiéramos conseguir ese objetivo.

Usted es consciente de que genera inquietud en diferentes partidos políticos y que, incluso, algunos están planteándose hacer cordones sanitarios contra Aliança Catalana. El propio candidato de los socialistas de Catalunya, Salvador Illa, dijo que ya se hizo una vez y que podría volver a hacerse, en este caso, con Aliança Catalana... Yo ya vengo previamente de un cordón sanitario en Ripoll que creo que no acabó de funcionar a aquellos que quisieron practicarlo, porque al final la ciudadanía no entiende que se veten opciones políticas o que se intente coartar el libre pensamiento. Yo creo que todos debemos poder decir la nuestra y poner nuestras ideas sobre la mesa y que, a partir de ahí, se confronten estas ideas. Lo que no puede hacerse es arrinconar y estigmatizar las opciones políticas que no te gustan porque esto no es democrático y, además, es privar a la ciudadanía de poder elegir con toda libertad su opción política.

Vemos muchas veces que ustedes terminan siempre sus comunicados diciendo "Salvem Catalunya". ¿De qué hay que salvar a Catalunya? Hay que salvar a Catalunya de la extinción, en términos culturales y lingüísticos. Hay que salvar al país de estas políticas desastrosas de los últimos años que nos han llenado las calles de violencia, inseguridad y misoginia islámica. Ya hay más mujeres con velo islámico circulando por nuestras calles que cabellos voleando libres. Esto es inadmisible en la Europa del siglo XXI. Debemos proteger nuestra civilización contra todas estas amenazas.

Por lo que respecta al ámbito lingüístico, debemos apostar claramente por la lengua catalana para que pueda recuperar terreno y salvarse de la extinción. Las instituciones deben promover una sola lengua y deben comunicarse con los ciudadanos en una sola lengua porque todo el mundo que vive en el país debe comprenderla y poder hablarla. Lo que no es normal es lo que hace ahora la Generalitat que realiza las comunicaciones en tres y cuatro idiomas, y elabora los prospectos en tres y cuatro idiomas. Los prospectos que se encuentran en los institutos sanitarios catalanes están en árabe y otros idiomas y nadie te obliga a hacerlos en estos idiomas. Por tanto, existe una voluntad clara de este gobierno de ceder ante la población extranjera y de renunciar a la propia lengua. De alguna forma, la propia administración está impidiendo que los recién llegados aprendan nuestra lengua facilitándoles la información en otros idiomas.

Cuando estamos hablando de un servicio sanitario, ¿no le parece bien que todo el mundo pueda entender la información para tener un servicio asistencial de calidad? Yo si me voy a Marruecos seguro que no encontraré un prospecto en catalán en ningún hospital marroquí. Me parece que todos tenemos que defender lo nuestro.

Seguramente no hay tanta población catalana en Marruecos como marroquíes en Catalunya... Independientemente, aunque la hubiera, seguro que no se adaptarían porque en la mayoría de estados del mundo priorizan su cultura por encima de la cultura de los extranjeros, menos en Catalunya, donde tenemos esa conciencia de esclavo que parece que tengamos que renunciar permanentemente a nuestra identidad para ceder continuamente a las identidades que vienen de fuera. Y no debe ser así. Nuestra voluntad debe ser que todos los inmigrantes aprendan nuestra lengua y la conozcan y, por tanto, no se les puede facilitar todo este tipo de información y documentación en su idioma. Son ellos los que deben integrarse en el país, no nosotros que debemos hacer sobreesfuerzos para que nos entiendan.

Genera mucha expectación el hecho de que usted defienda el constituirse como Estado cuando venimos de un larguísimo Procés culminado en el 2017 en el que la proclamación de independencia fue algo muy escaso, donde hubo cargas policiales y cargas jurídicas, donde muchas personas acabaron en prisión o tuvieron que exiliarse... ¿Cómo lo haría usted para que todo esto no ocurriera? El primer paso es volver a hechizar toda esta población que ha quedado desencantada por las nefastas consecuencias del 1-O, porque en el fondo todos somos conscientes de que la independencia nos conviene y nos conviene mucho. Una vez animada la ciudadanía es importante tener una legitimidad democrática dentro del Parlament de Catalunya y una vez conseguida la mayoría en las urnas debe procederse a la declaración unilateral. Nosotros aspiramos a sustituir las formaciones que traicionaron al pueblo de Catalunya y que abandonaron el referéndum y lo invalidaron ellos mismos antes incluso de que lo hiciera el Estado español con esta proclamación efímera de independencia y la suspensión posterior. ERC no sería un socio adecuado, pero sí que podemos ejercerle una presión para que se vea presionado a aceptar la voluntad popular.

Cuando habla de los problemas reales de Catalunya, siempre sale la palabra inmigración. ¿No teme que el hecho de atacar tanto a la inmigración le genere un efecto contrario? No, porque yo creo que la inmigración condiciona mucho nuestro día a día en todos los ámbitos. En el ámbito educativo es evidente que existe un retraso escolar general por culpa de la llegada constante de alumnos recién llegados que no entienden el catalán ni tienen conocimientos mínimos y que hacen retrasar el conjunto de las aulas. Así lo demuestra el informe PISA.

También en el ámbito sanitario hay unas listas de espera que nunca se habían visto, personas que han contribuido toda su vida y que, de repente, cogen un cáncer y deben hacer estas listas de espera para poder operarse arriesgando su salud. Y esto ocurre porque aquí todo el mundo que acaba de llegar -incluso entrando irregularmente- tiene tarjeta sanitaria y puede hacer uso de nuestros servicios públicos. Esto es un agravio contra los ciudadanos catalanes.

También nos afecta en el ámbito económico, en el acceso a las ayudas sociales. Los catalanes vulnerables nunca tienen acceso a las ayudas sociales porque siempre hay un recién llegado que puede demostrarte un menor número de ingresos.

La gente cuando se marcha de su país de origen lo hace por necesidad, ¿no considera que se debe tener este punto de solidaridad respecto a estas personas porque no tienen una manera de sobrevivir en sus países de origen? Es evidente que dentro de Europa no cabe toda África ni toda Sudamérica y esto debe regularse y limitarse, independientemente de las historias personales que nos pueden conmover a todos. Nosotros debemos velar por los derechos e intereses de los ciudadanos catalanes porque no aspiramos a ser una ONG sino a ser un estado solvente, próspero y seguro.

¿Qué le parece que ERC haya felicitado en las redes el fin del Ramadán en una fotografía donde se veía un polideportivo dividiendo con una reja a los hombres y mujeres rezando? Me parece vergonzoso e inadmisible que el partido que gobierna en Catalunya acepte esta misoginia por ser islámica. Es decir, durante muchos años, se defendió la laicidad en este país, pero está claro que sólo era cristianofobia porque, en cambio, en esta religión foránea se han volcado y todo son felicitaciones. A mí personalmente me ofende bastante que no se felicite a la Semana Santa -que es la religión propia de Catalunya- y que, en cambio, se feliciten religiones que han traído componentes misóginos en nuestra casa.

Yo soy consciente de que la Generalitat no tiene competencias importantes en inmigración, pero una cosa es que tú no puedas expulsar a inmigrantes porque es competencia de la Policía Nacional y del Estado español, y otra cosa es que tú reclames que quieres más. El "queremos acoger" del señor Pere Aragonès es un efecto llamada incesante hacia Catalunya. Si comparamos el grado de inmigración de Catalunya con el que recibe el País Vasco u otras zonas de la Península Ibérica, es mucho más exagerado el nuestro.

Usted ha señalado incluso al Gobierno español de intentar colocar a más inmigrantes en Catalunya y de centralizarlos hacia la comunidad autónoma para minorar la cultura catalana. Sí, yo creo que hay una clara voluntad del Gobierno de residualizar aún más la catalanidad en Catalunya, de acabar de diluirnos para poner fin a la problemática y que nunca podamos ganar un referéndum. Por tanto, hay una vocación de enviarlos hacia Cataluña. Y cuanto más conflictivos sean, y cuanto más antioccidentales sean, más hacia Catalunya. Y esto de alguna manera el Govern no lo puede consentir. Nos están intentando diluir a base de enviarnos un tipo de inmigración que claramente nunca se integrará.