Una veintena de personas denuncian abusos sexuales de un cura en Barcelona

Una veintena de personas ha denunciado los abusos sexuales continuados de un cura a Barcelona y Caldes d'Estrac en las décadas de los 60 y 70, según han adelantado ‘El País’ y ‘Catalunya Ràdio’.

¿Por qué es importante? Las víctimas temen que haya más personas afectadas en Montcada i Reixac, donde también hizo de rector entre 1975 y 1990.

• La archidiócesis de Barcelona no ha abierto ninguna investigación todo y que las reglas del Vaticano del 2020 son claras para acabar con el encubrimiento: los obispos y superiores religiosos tienen que abrir una investigación ante cualquier indicio.

Al detalle: El mosén denunciado, Josep Vendrell Cortasa, murió en el 2004. Las víctimas eran niños que tenían entre 8 y 15 años, y algunas sufrieron violaciones semanales.

• Al menos una quincena de personas ha hecho llegar su relato al Defensor del Pueblo.

En profundidad: En Caldes d'Estrac estuvo entre 1970 y 1975, donde también se encargaba del agrupamiento scout, de la escuela parroquial y de la escolanía.

• Llegó después de ser denunciado en Barcelona por algunas familias a la policía y al obispado cuando trabajaba al Agrupamiento Escolta Aureli Escarré, vinculado a la parroquia de Sant Tomàs d'Aquino. El resto de familias, sin embargo, dio pleno apoyo al mosén.
• Y es que, en general, las familias lo respetaban mucho y nadie lo cuestionaba, incluso cuando presumía ante ellos de conocer los penas de sus hijos, según han explicado las víctimas, que lo describen como “un gran manipulador, un psicópata y muy carismático”. Explicaba a los padres que daba clases de sexualidad a los niños.

Los abusos: 

• "Tocaba todo el que quería y me besaba en la boca. Se justificó diciendo que tenía un problema con la masturbación y eso era un tratamiento de choque para solucionarlo".
• "Te llamaba, subías, te empezaba a besar, te bajaba los pantalones y te masturbaba".
• "Me dijo que me veía raro, que se me fijaba mucho en los niños, y entonces me bajó los pantalones, me besó, intentó masturbarme. Lo peor era eso, los besos, cuando todavía no has besado a nadie".
• "Él acababa desnudo, me obligó a hacerle felaciones y una vez me intentó penetrar".
• "Me preguntó cuándo había sido la última vez que me había masturbado. Le dije que no me acordaba y entonces me sentó en sus rodillas, me bajó los pantalones y empezó a masturbarme".

Para acabar: Las víctimas no pueden abrir la vía judicial porque el cura acusado de depravador sexual ya está muerto. Aun así, piden ser reconocidos como víctimas de abusos sexuales continuados.