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El Amazonas representa la mitad de la selva tropical que queda en el mundo.
Foto: El Amazonas representa la mitad de la selva tropical que queda en el mundo. | Unsplash
COP27

La cumbre por el clima pasa por el Amazonas y Lula tiene la clave

El Amazonas representa la mitad de la selva tropical que queda en el mundo.
Foto: El Amazonas representa la mitad de la selva tropical que queda en el mundo. | Unsplash

Autoridades de todo el mundo celebran desde este domingo 6 de noviembre la Cumbre por el Clima COP27. Un encuentro de primer nivel para limitar el calentamiento global y que se celebra en Egipto, pero sus posibilidades de éxito pasan irremediablemente por el Amazonas.

¿Por qué es importante? La Amazonia tiene una extensión de 5,5 millones de kilómetros cuadrados, cerca del 60% en Brasil. Representa la mitad de la selva tropical que queda en el mundo y tiene una gran influencia sobre el clima por su capacidad de absorber CO₂ (gas contaminante), así que las decisiones de Lula da Silva, el nuevo presidente del país, son cruciales en la emergencia climática.

Contexto: La comunidad internacional no está cumpliendo los Acuerdos de París. La ONU calcula que el actual ritmo de emisiones de CO₂ hará que la temperatura aumente 2,7 grados, con consecuencias devastadoras; el objetivo es evitar que el mundo se caliente más de un grado y medio.

De dónde venimos: Jair Bolsonaro fue escogido presidente del Brasil en el 2018 con un fuerte programa contrario a la preservación de tierras indígenas y favorable a la extracción de recursos de áreas protegidas. 

  • Durante el mandato de Bolsonaro, el país perdió 33.200 kilómetros de de bosque, más que la superficie total de Bélgica.
  • La elección de Lula da Silva como presidente del país esta semana ha aliviado a la comunidad internacional. En su discurso de la victoria, anunció su objetivo de parar la deforestación.
  • El presidente de izquierdas ya redujo la tala de bosques durante sus dos primeros mandatos, del 2003 en el 2010; también amplió considerablemente las áreas protegidas.
  • La deforestación se redujo en más del 80% del 2004 en el 2012, pero el nuevo Código Forestal y la elección de Bolsonaro después agravaron la herida.

¿Qué dicen? En un artículo publicado en ‘The Conversation’, la investigadora Kathyrin Barawganath, de la Universidad Católica Australiana, dice...

  • "Las enérgicas promesas de Lula de proteger la Amazonia no tienen precedentes en la política brasileña. Su discurso de victoria es una esperanza para el futuro de la selva”.
  • “Tendrá que diseñar políticas innovadoras que vinculen las preocupaciones medioambientales con el desarrollo sostenible y las oportunidades económicas. Solo así podrá ganarse una nación partida en dos”.
  • “Los próximos cuatro años serán cruciales para Brasil y para el mundo. Ya ha reducido la deforestación una vez. El nuevo gobierno tendrá que extraer lecciones de su éxito anterior y aprender de los recientes fracasos políticos”.
  • “La situación es un reto para el presidente entrante, pero también representa una gran oportunidad para restablecer la posición del Brasil en el mundo”.

Los retos: La política medioambiental de Lula tendrá que afrontar estos retos, a opinión de la investigadora.

  • No solo el país está dividido en dos después de las elecciones más ajustadas de la historia, sino que los conservadores dominan el Congreso y Lula necesitará su consentimiento para aprobar leyes.
  • Grupos criminales organizados con intereses en la deforestación del Amazonas. También más invasiones y violencia contra pueblos indígenas y activistas medioambientales.
  • Una agencia medioambiental debilitada. Los funcionarios de Bolsonaro se negaron a utilizar los fondos asignados para la misma y la agencia ha sufrido fuertes recortes.
  • Socios internacionales han suspendido su financiación ante las políticas de Bolsonaro. Noruega y Alemania crearon el Fondo Amazónico, interrumpido en el 2019; ahora, al menos los noruegos quieren reanudar la cooperación climática.

Para acabar: Algunos investigadores dicen que el Amazonas podría estar cerca de su punto de inflexión con los actuales ritmos de tala. Eso lo haría menos resistente a los cambios climáticos y del suelo.