Opinión
Jaume Barberà
OPINIÓN

Eureka

Finalmente, ya sabemos qué significa “confrontación inteligente” y “embate”. Confieso que hacía tiempo que la ausencia de significado a la grandilocuencia de los anunciados me tenían muy preocupado.

Con “embate” me era más fácil imaginar alguna concreción, pero con respecto a la “confrontación inteligente” estaba totalmente perdido. 

Pero eso se ha acabado gracias al caso Borràs y al de su escudero Dalmases. Así es que ahora ya sabemos que “confrontación inteligente” es el enfrentamiento no violento entre convergentes, postconvergentes y neoconvergentes con los activistas y arribistas con pin Fossar de les Moreres en terreno común: el artefacto al servicio de los militantes de base de Waterloo que se llama Junts.

ERC ya nos había dicho que no había ningún problema en el Govern de coalición, sino que el problema estaba en Junts y sus disputas internas, pero no nos lo creímos hasta que una persona con mucha más dignidad que todos los que han abdicado de su pasado nos ha explicado en un informe el comportamiento de Dalmases y las dotes de soprano de la musa de los hiperventilados, Laura Borràs.

ERC ya nos había dicho que no había ningún problema en el Govern de coalición, sino que el problema estaba en Junts y sus disputas internas.

A partir de aquí, si Junts tuviera un secretario general con criterio propio, es posible que hubiera acabado expulsando de la formación los que intimidan periodistas y diputadas, pero eso, de momento, no ha pasado. 

Mientras tanto, los “traidores” siguen haciendo política, que quiere decir negociación y pacto. Y el pacto, como se sabe o se tendría que saber, será más o menos importante en función de la fuerza que se tenga.

Pero que nadie se piense que la vergüenza de los “lauristes” hará recapacitar a sus seguidores. No. Estos seguidores no lo son desde la razón, desde el análisis, sino que lo son desde el fanatismo. Y, cuando eso pasa, es cuando, a pesar de ver cómo la gente se muere, dices que la COVID no existe. 

Estos seguidores no lo son desde la razón, desde el análisis, sino que lo son desde el fanatismo. 

Este es el mal que hacen en el bien común todos estos activistas del populismo con sueldo público.

En otro orden de cosas, mantener, por ejemplo, que la declaración de independencia que se hizo el 27 de octubre de 2017 continúa vigente, que es lo que dice Carles Puigdemont, es directamente lo que en psicología se llama sufrir un “sesgo de confirmación”. Es decir, sufrir una “tendencia a tener en cuenta acontecimientos o elementos de manera tal que confirmen nuestras preconcepciones o hipótesis, cosa que provoca errores en la interpretación del mundo que nos rodea”.

En todo o en casi todo, la diagnosis es fundamental. Una mala diagnosis te llevará ineluctablemente al error, al fracaso.

¿Qué diagnosis puede salir desde el “sesgo de confirmación”?

Categoría: Opinión
Etiquetas: ERC Junts
Noticias relacionadas