Opinión
Tània Verge Mestre
opinión

25N, sigue la lucha

Llamamos “paz” al contexto en que los hombres no se matan entre sí en un conflicto bélico, pero no hay “paz” para las mujeres en una sociedad patriarcal. Desde principio de año, 10 mujeres han sido asesinadas en Catalunya por su pareja, la expareja o un hombre de su familia. Son 118 feminicidios en nuestro país desde el año 2012, incluyendo las hijas e hijos asesinados por el agresor. Por eso, afirmamos con rotundidad que quien niega la existencia de la violencia machista también lo está ejerciendo.

También hemos escogido decirle “democracia” a sistemas supuestamente basados en la libertad. ¿Pero qué democracia tenemos cuando el 51% de la población ve vulnerados sus Derechos Humanos por las diferentes formas de violencia machista? Unas violencias que ocurren en todos los ámbitos: en la pareja, en la familia, en la escuela, el instituto o la universidad, en el trabajo, al transporte público, en una discoteca, en las redes sociales, en los espacios de participación social y política... en todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida.

¿Qué democracia tenemos cuando el 51% de la población ve vulnerados sus Derechos Humanos por las diferentes formas de violencia machista?

Este año, desde el Govern de la Generalitat conmemoramos el 25 de noviembre, día internacional para la eliminación de las violencias hacia las mujeres, poniendo el foco en las violencias sexuales. Unas violencias tan invisibilizadas, tan naturalizadas, que a menudo ni siquiera somos lo bastante conscientes de hasta qué punto limitan la libertad de las mujeres. No tiene nada normal que las mujeres cambiemos el recorrido cuando salimos a correr para evitar alguna zona más oscura, o que enviemos un mensaje a las amigas para saber que han llegado a casa. Tampoco es normal que dejemos puestos de trabajo para no coincidir más con nuestro agresor, o que cerremos nuestras redes sociales porque sufrimos acoso o recibimos amenazas de violación. 

Nada de eso es normal. Y como no lo es, resulta urgente pasar de la cultura de la violación a la cultura del consentimiento. Y eso es precisamente lo que subraya la campaña institucional del Gobierno este 25 de noviembre.

¿Verdad que cuando te dicen "no" entiendes qué te han dicho sí? ¿Si las mujeres tenemos clara la respuesta y la inmensa mayoría de hombres responderían con un “no”, como es que 8 de cada 10 mujeres sufrimos violencia sexual en algún momento de nuestra vida?

¿Verdad que cuando te dicen "no" entiendes qué te han dicho sí? ¿Insistirías una vez y otra después de que te hayan dicho no? ¿Si las mujeres tenemos clara la respuesta y la inmensa mayoría de hombres responderían con un “no”, como es que 8 de cada 10 mujeres sufrimos violencia sexual en algún momento de nuestra vida? 

¡Ya es suficiente! Las mujeres nos negamos a aceptar que sufrir violencias machistas sea nuestro destino. Las mujeres nos negamos a cambiar o a dejar de hacer cosas, quien tiene que cambiar es la sociedad. Y las mujeres nos negamos a vivir con miedo, y a educar a nuestras hijas en el miedo. Y por eso es inaplazable que los hombres actuéis con coraje contra el machismo. No para proteger vuestras madres, hijas, hermanas o parejas de la violencia de los “otros”, sino para garantizar el derecho de todas las mujeres a vivir libres de violencias. Para que la paz, la democracia y la libertad puedan ser realidades compartidas por todas y todos.