Opinión
Esperanza García
opinión

La mala salud de la sanidad catalana

Ayer se anunció la huelga de la sanidad pública catalana para el próximo 25 y 26 de enero. Llueve sobre mojado porque la sanidad catalana lleva 10 años estancada. El sistema público puede acabar colapsando. Esta afirmación no es alarmista ni gratuita, es el gris panorama que vaticinan todos los actores del sector. Y créanme si les digo que, de todos los sectores con los que he podido interactuar en estos años, uno de los más serenos y realistas en sus demandas es el sanitario.

Las listas de espera para una cirugía arrojan una media de 113 días que abarcan desde los 39 días en Melilla, pasando por los 65 de Madrid, hasta los 151 de Catalunya

España es uno de los países europeos con mayor tasa de médicos por habitante, pero según los estudios de demografía médica del Ministerio, mal distribuidos y planificados por el diseño que Sanidad y Universidades hacen de las nuevas plazas MIR. Eso hace que parte de los problemas de la sanidad pública se repitan en diferentes CCAA. Dos semanas de la huelga de Madrid y en breve se sucederán huelgas en Cantabria, Aragón y Catalunya. Las listas de espera para una cirugía arrojan una media de 113 días que abarcan desde los 39 días en Melilla, pasando por los 65 de Madrid, hasta los 151 de Catalunya. La espera de consulta en especialista da una media de 41 días que comprende los 22 de Melilla, pasando por los 51 de Madrid y los 82 de Catalunya, hasta los 107 de Andalucía.

Mientras en otras comunidades se destinan más recursos a sanidad y se ejecutan Planes de Choque en listas de espera y atención primaria, Catalunya es de las CCAA que menos gasta en sanidad respecto al PIB

Los datos hablan: problemas comunes, algunos cronificados y otros agravados. Algunas de las diferencias están relacionadas con la gestión del servicio hecha desde los gobiernos autonómicos. Mientras en otras comunidades se destinan más recursos a sanidad y se ejecutan Planes de Choque en listas de espera y atención primaria, Catalunya es de las CCAA que menos gasta en sanidad respecto al PIB. Aquí se invierte por debajo de la media nacional y el deterioro sigue arrastrándose desde los llamados “recortes de Mas”. Se podrían haber corregido en los sucesivos años, cuando la economía permitía inyectar más recursos al sistema, pero no se hizo y ahí quedó la herida abierta. Lo mismo sucede con la partida destinada a la remuneración del personal, que es del 35,4% en Catalunya frente al 44,9% de media. En la inversión en formación MIR, la plantilla del futuro, se destina un 2,6% frente al 3,7 de media.

Al Gobierno de Sánchez se le debe exigir, por supuesto, pero las cifras que he expuesto son oficiales y constatan la escasa apuesta del Govern en su sanidad, que es la de todos. Tomar medidas es urgente, necesario y cualquier maniobra de culpabilizar a otros tiene escaso recorrido político pero un alto precio social.