Opinión
Isabel Llauger Ribas
opinión

El lenguaje no verbal de la Excelentísima señora Ada Colau

Cuando la señora Colau se nos dio a conocer a todos hacía de activista y, ejerciendo un derecho combativo y utilizando precisamente la vestimenta para hacer público y expresar su ideología, traía, cada vez que salía fotografiada a los medios, una camiseta verde en donde se podía leer “Stop deshaucios”. 

Hay que hacer memoria de esta realidad para explicar con toda la tranquilidad que el otro día, la ahora alcaldesa de Barcelona, despreció a una joven estudiante de periodismo cuando esta le preguntaba si había algún sentido en el cambio evidente de su manera de vestir desde que es cargo público. 

Si Ada Colau hubiera controlado su impulsividad y calibrado que no se lo estaba atacando y hubiera ejercido de alcaldesa de todos los barceloneses, habría dado una explicación juiciosa y adecuada en lugar de menospreciar al estudiante. Habría reconocido que sí; que ella fue la primera a utilizar durante mucho tiempo la ropa de manera intencionada como símbolo de ideología política y reivindicativa de aquello que pensaba. Y que entiende que ahora, cuando ya tiene un cargo institucional y viste de una manera más convencional, se le pregunte si sigue considerando el vestido como un instrumento semiótico de lenguaje.  

Colau habría sido más inteligente si en lugar de ofenderse hubiera aprovechado para explicar que ha cambiado de manera de vestir porque actualmente representa a toda la ciudadanía de Barcelona

Por qué: ¿estaríamos de acuerdo que la vestimenta de algunos representantes de la CUP es paradigmática de este ejemplo y que las camisetas reivindicativas forman parte del mensaje político que se da cada vez que los cupaires se levantan en el parlamento demostrando su posición de Izquierda Popular? ¿Estaríamos de acuerdo que en el Congreso de los Diputados el gesto de quitarse la corbata por parte de los señores tiene unas connotaciones de compromiso con una manera, también asociada a la ideología, de gestionar la energía? ¿Estaríamos de acuerdo que llevar un lazo amarillo a la solapa pidiendo libertad presos políticos es nuevamente utilizar la vestimenta como una reivindicación vinculada a una ideología y, por lo tanto, es hacer hablar políticamente a tu vestimenta? (no conozco a ningún “no independentista” que lo llevara). 

La señora Colau se enfadó porque la respuesta que tendría que haber dado no le gustaba; pero se equivocó. Habría sido más inteligente, efectivo y sin duda con más rédito electoral si, en lugar de ofenderse y tildar de machista, la pregunta hubiera aprovechado para explicar que, efectivamente, ha cambiado de manera de vestir porque actualmente representa a toda la ciudadanía de Barcelona y entiende, en la responsabilidad del ejercicio de su cargo, que parte de estos barceloneses se podrían sentir incómodos por el hecho de una defensa ideológica escenificada con una determinada prenda de ropa.

Cuando gobiernas te das cuenta de que las realidades y necesidades son muy diversas y muy complejas y que se tienen que tener en cuenta todas 

Gobernar implica hacer concesiones en aquello que tú piensas o pensabas y actuar como alcaldesa de todos los ciudadanos de Barcelona no sólo de aquellos que te votaron. 

Y porque no, digámoslo claro y sin complejos: cuando gobiernas te das cuenta de que las realidades y necesidades son muy diversas y muy complejas y que se tienen que tener en cuenta todas porque nunca una necesidad reivindicada y legítima puede pasar por encima de otra carencia también lícita. 

La conclusión es clara Excelentísima señora Colau: la vestimenta habla por Usted porque Usted fue la primera en hacer hablar la vestimenta y como en un encuentro con futuros periodistas de lo que se trata es que estos hagan preguntas que tengan sentido, las impetuosidades en las respuestas se tendrían que guardar por otros momentos. Ahora ya debe haber visto que la respuesta no solo fue maleducada, prepotente e indigno de una líder, sino también equivocada.

Y a ti, futura periodista, solo queda decirte que tu pregunta era pertinente, inteligente y apropiada, y una representante pública con altura política lo hubiera respondido sin problema. Por lo tanto, levanta la cabeza y pisa fuerte. 

Categoría: Opinión
Etiqueta: Ada Colau