Opinión
Ernest Benach
opinión

Regalad cultura

Navidad es época de regalos y estos días vemos en las calles y plazas de Catalunya riadas de gente que van desfilando por las calles más comerciales. También se pueden ver multitudes en los macrocentros, estos que vienen de todo, y que repartidos por la geografía catalana, a lo largo de estas semanas ven cómo sus aforos están bien llenos. Eso para no hablar de las furgonetas de reparto o de toda aquella gente, cada vez más, que han optado por comprar online. Es evidente que el consumo se incrementa de manera notable y parece, también, que la época de bajo consumo, a causa de la pandemia, ya está superada. No sabemos si estamos en un momento de transición entre la pandemia y la inflación que dispara los precios a límites insospechados, y, por lo tanto, si todo lo que se ha gastado, se gasta y se gastará durante estas fiestas es solo una excepción o tendrá continuidad. El 2023 llega con muchas incógnitas, una de las cuales, sin duda, es esta sensación de incertidumbre con relación a la economía global, pero también a las economías particulares.

Incrementar el nivel cultural del país depende de los creadores, de las instituciones... y también de nuestra actitud personal con relación a la cultura

Estamos donde estamos, y no hay que dar muchas vueltas, pero es evidente que una de las buenas costumbres navideñas es regalar cultura. La cultura tiene muchas formas y expresiones, y, por lo tanto, no tiene que ser difícil regalar cultura a las personas con quienes tenemos vínculos. Y la cultura te ofrece un abanico de precios aptos para todos los bolsillos.

Unas entradas para ir al teatro, o llevar a los ahijados al cine, una pieza de cerámica o aquel grabado que sabemos que gustará, y mucho. Todo eso por no hablar de libros, escenario infinito, o de música donde, a pesar de las plataformas, parece que los vinilos vuelven a estar de moda en determinados círculos. Hay un abanico tan amplio en todo aquello que tiene que ver con la cultura... 

Nos llega un 2023 con muchas incógnitas y algunas amenazas muy serias. Ojalá que entre todos juntos seamos capaces de hacer un mundo un poco mejor

Y regalar cultura tiene también consecuencias positivas para un sector que siempre está en la fase de sobrevivir. No la de vivir con tranquilidad y alegría, económicamente hablando, sino la de estricta supervivencia. Y cuando la cultura tiene que sobrevivir no vamos bien, no dice mucho a favor del país. Incrementar el nivel cultural del país depende de los creadores, de las instituciones... y también de nuestra actitud personal con relación a la cultura.

Acabamos un 2022 bien complejo en todos los órdenes y sentidos, y nos llega un 2023 con muchas incógnitas y algunas amenazas muy serias. Ojalá que entre todos juntos seamos capaces de hacer un mundo un poco mejor, hacer la vida de los que nos rodean más fácil y conseguir, en aquellas cosas más cotidianas, que la felicidad y el bienestar no sean una quimera. Seguro que regalar cultura puede ayudar, ni que solo sea un poquito.

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