Opinión
Ernest Benach
opinión

Cipriano Martos o por qué es importante la memoria histórica

El lunes 12 de diciembre empezaron en el cementerio de Reus los trabajos por recuperar los restos de Cipriano Martos, militante comunista muerto el verano de 1973 después de ser torturado por la Guardia Civil. Tenía 28 años. Al cabo de pocos días de su muerte era detenido Salvador Puig Antich, otro de los casos más paradigmáticos de tortura y muerte durante el franquismo. El franquismo estaba tocado y parecía que no tenía que durar demasiado, pero continuaba implacable con la represión.

Martos nació en Huétor Tájar, provincia de Granada, y emigró a Catalunya. Vivía en Sabadell, donde contactó con el movimiento obrero y con el PCE (marxista leninista) la versión prochina del comunismo español. Martos se hizo militante y poco a poco pasó a la clandestinidad, lo cual le hizo perder el contacto con familiares y amigos. La clandestinidad y las acciones de propaganda lo llevaban a tener que desplazarse a menudo. Su célula cayó en Reus donde fue detenido y torturado. Cipriano Martos acabó en el Hospital de Sant Joan por culpa de la ingesta de algún ácido corrosivo que le produjo lesiones internas gravísimas. La tortura física duró 3 días, pero después Martos se pasó 21 más agonizando en el hospital hasta que finalmente murió.

Sirva el ejemplo de Cipriano Martos para poner todavía más en valor las tareas que se están haciendo por todas partes, de recuperación de la memoria histórica

Solo de pensar en el sufrimiento que tuvo que soportar, podemos imaginar la gravedad de este caso. Durante los días de su estancia en el hospital, ningún familiar suyo fue avisado de la situación en que se encontraba Cipriano Martos. Por una de aquellas casualidades de la vida, la familia se enteró gracias a la llamada de un vecino del pueblo que vivía en Reus y se desplazó para saber qué había pasado. Pero ya era tarde. Martos fue enterrado en la fosa común sin ninguna otra explicación. La familia no tuvo ninguna respuesta, ni pudo ver su cuerpo. Formalmente, todo acabó en nada, exculpando a los torturadores y dejando una sombra de duda sobre si el joven comunista se había suicidado (más bien inducción al suicidio) o lo habían asesinado. Roger Mateos lo recoge al fin y al cabo en un excelente libro que explica la historia: “Caso a Cipriano Martos: vida y muerte de un militante antifranquista (Anagrama)”

El caso se incorporó a la macroquerella argentina que investiga los crímenes del franquismo.

Recuperar los restos de Cipriano Martos es una cuestión de dignidad democrática, y de salvaguardar la memoria histórica, de saber la verdad de lo que pasó, y de cómo las gastaba el régimen dictatorial. La transición, por desgracia, dejó algunas asignaturas pendientes por el camino, una de las más importantes precisamente la de recuperar la memoria histórica.

Recuperar los restos de Cipriano Martos es una cuestión de dignidad democrática, y de salvaguardar la memoria histórica, de saber la verdad de lo que pasó, y de cómo las gastaba el régimen dictatorial

Sirva el ejemplo de Cipriano Martos para poner todavía más en valor las tareas que se están haciendo por todas partes, de recuperación de la memoria histórica. Hace falta seguir conociendo el pasado y reconociendo las personas que durante la guerra civil o la dictadura sufrieron prisión, tortura o muerte por motivos políticos e ideológicos. Algunos dicen que hay que pasar página, e incluso podríamos estar de acuerdo. Pasamos página, pero antes escribimos la historia tal como sucedió, con todos los detalles. Para que nunca más nadie tenga la tentación de repetir aquellas barbaridades.

Cipriano Martos, republicano, comunista, antifranquista, quizás algún día, pronto, podrá descansar con los suyos, y su familia tendrá un lugar donde recordarlo y llorarlo. Tienen todo el derecho.

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Etiqueta: Franquismo