Opinión
Gonzalo Bernardos Dominguez
opinión

La estrategia electoral de Pedro Sánchez

A finales de 2023, hay elecciones generales. Desde hace meses, los dos principales partidos del país diseñan sus estrategias electorales. La de Sánchez ha quedado muy clara y definida durante el pasado mes de diciembre. La de Feijóo debe ser cambiada por completo, pues el próximo año España no caerá en recesión, tal y como aquel suponía.

La estrategia electoral de Sánchez guarda algunas similitudes con la efectuada por Zapatero en 2008. No obstante, la coyuntura política es muy diferente. Por eso, las medidas recientemente acordadas son bastantes más arriesgadas que cualesquiera de las adoptadas por su predecesor tres lustros atrás.

El riesgo proviene del oneroso peaje pagado para llevarla a cabo, así como del momento elegido para hacerlo público. El primero consiste en una amnistía encubierta a determinados dirigentes independentistas. El segundo es un año antes de las elecciones generales y a cinco meses de las municipales y autonómicas. La fecha escogida probablemente está demasiado cerca de unos y otros comicios.

La anterior estrategia se sustenta en tres principales pilares: la conversión de Esquerra Republicana (ERC) en un socio de gobierno fiable, la aparición de Catalunya como una circunscripción electoral decisiva y la consecución de un rápido olvido por parte de los votantes del resto de España de las concesiones otorgadas a algunos políticos independentistas. 

La estrategia electoral de Sánchez guarda algunas similitudes con la efectuada por Zapatero en 2008

La conversión de ERC en un socio fiable

La amnistía encubierta supone derogar el delito de sedición y rebajar el de malversación. Su objetivo no era únicamente la aprobación de los presupuestos del Estado de 2023, sino conseguir el apoyo de ERC durante la próxima legislatura. En sus cálculos electorales, Sánchez considera muy difícil disponer de una futura mayoría de gobierno, sin el apoyo de Junqueras. 

El riesgo incurrido es elevado, pues el punto fuerte de ERC nunca ha sido la lealtad. En distintos períodos, su desapego a la anterior virtud la han padecido Maragall, Montilla y Puigdemont. Tampoco parece ser una cualidad de Aragonés, quién recientemente ha subido su apuesta por la independencia. En pocos días, ha pasado de prometer un referéndum acordado, sin fijar fecha alguna, a comprometerse en 2023 a establecer sus bases mediante el “acuerdo de claridad”

A pesar de ello, Sánchez piensa que ERC no le traicionará. En primer lugar, porque su permanencia en la presidencia de la Generalitat depende del PSC. En segundo, porque está convencido que dicho partido ha pasado del idealismo al pragmatismo y su principal pretensión es gobernar la Generalitat en lugar de declarar la independencia. Además, cree que sus dirigentes han aprendido la lección y sus manifestaciones a favor de ella solo son retórica electoral. 

La voluntad de ceder algunas competencias adicionales a la Generalidad y el aumento previsto de las inversiones del Estado en Cataluña le proporcionarán un gran número de votos nuevos

El aumento de los votos del PSOE en Catalunya

El presidente estima que su indulgente posición con los problemas judiciales de los políticos independentistas catalanes, su voluntad de ceder algunas competencias adicionales a la Generalitat y el aumento previsto de la inversiones del Estado en Catalunya le proporcionarán un gran número de nuevos votos.

En su plan está que los votantes de la anterior autonomía impulsen su victoria en España, tal y como hicieron con Zapatero en las elecciones de 2008, cuando consiguió el récord histórico de 25 diputados. En el resto del país, ganó el PP. No obstante, la diferencia de 17 escaños en Catalunya, le permitió vencer en los comicios por 15.

Los precedentes disponibles ponen en duda la viabilidad de dicha idea. Por una parte, las escasas fisuras entre los dos grandes bloques de electores, independentistas y constitucionalistas, hacen difícil un trasvase masivo del voto de los primeros al PSOE. Por otra, la decepción de muchos de los integrantes del segundo grupo con su política autonómica puede llevarles a la abstención, el voto en blanco e incluso a algunos a elegir la papeleta del PP.

Finalmente, la conversión de Ciudadanos en una opción marginal hará que muchos de sus antiguos votantes opten por el partido conservador. Por tanto, el PP aumentará significativamente sus escaños en Catalunya y hará prácticamente imposible que la diferencia entre uno y otro partido ascienda a 17 diputados. En noviembre de 2019, en las últimas elecciones generales, la distancia fue de 10 representantes.

Entre enero y noviembre de 2022, la recaudación tributaria ha aumentado un 17% respecto al mismo período del año anterior

Los temas económicos dan más votos que quitan los sentimentales

En el resto de España, en el próximo año, Sánchez espera recuperar los votos perdidos en los últimos tres. Lo piensa hacer mediante el aumento de las subvenciones a las familias con menos ingresos, la implantación de nuevas reducciones selectivas de impuestos y la continuidad del control de alquileres. Las medidas adoptadas hace unos días no serán ni mucho menos las últimas, pues el gobierno dispone de la liquidez necesaria para financiar otras similares en 2023.

Entre enero y noviembre de 2022, la recaudación tributaria ha aumentado un 17% respecto al mismo período del año anterior. Un importe de 32.919 millones € destinado a la mejora del nivel de vida de los ciudadanos y a la reducción del déficit público. Un elevado incremento principalmente derivado del gran aumento del PIB (superior al 5,2%) y la elevada inflación media (8,4%).

La esperanza de Sánchez reside en que los ciudadanos valoren más lo que el gobierno ha hecho por ellos que por algunos políticos independentistas, pues lo primero estará más reciente en su memoria que lo segundo. En otras palabras, el presidente espera que los ciudadanos del resto de España no hagan caso a sus sentimientos y mucho a su bolsillo.

Veo muy difícil que consiga lo que propone. Sin embargo, lo remoto se volvería probable, si Feijóo siguiera perdiendo credibilidad y se convirtiera en un Casado bis

En definitiva, Sánchez tiene un plan para ganar las elecciones. Está sustentado en un gran aumento de los votos en Catalunya y una recuperación de los anteriormente obtenidos en el resto de España. En la primera comunidad, pretende que le apoyen masivamente antiguos votantes independentistas. En el resto de país, quiere que los ciudadanos voten más con la cartera que con el corazón y olviden los indultos a los políticos de ERC y Junts, la derogación del delito de sedición y la reforma del de malversación. 

Desde mi perspectiva, veo muy difícil que consiga lo propuesto. Sin embargo, lo remoto se volvería probable, si Feijóo siguiera perdiendo credibilidad y se convirtiera en un Casado bis. Para ganar unas elecciones, a veces es más útil un opositor desprestigiado que un buen programa de gobierno y un magnífico plan electoral, pues en ocasiones los electores votan más en contra de que a favor de.

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