Opinión
Jaume Barberà
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opinión

Disonancia

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Lo que pasa con Laura Borràs es de vergüenza olímpica. Sabe mal, incluso, verlo.

Los responsables de todo este despropósito son los que permitieron que Borràs llegara donde ha llegado, sabedores, como eran, que lo que ha pasado esta semana, acabaría pasando

Y lo más curioso de todo es que hace años que lo sabíamos, pero es igual, te incomoda, te incomoda ver a una persona entrar en una espiral hacia el absurdo con el aplauso y el calor del politburó de su partido y con la bendición de Waterloo.

De hecho, si no fuera por Waterloo, bien seguro o, así lo quiero creer, las cosas no irían como van. Es decir, que la señora Borràs, como dice Magda Oranich, ya habría dimitido y, si no lo hubiera querido hacer, ya lo habrían cesado. 

Los responsables de todo este despropósito son los que permitieron que Borràs llegara donde ha llegado, sabedores, como eran, que lo que ha pasado esta semana, acabaría pasando. Estos son los verdaderos responsables. En política, como se sabe, no hay escrúpulos. Si para conseguir lo que sea, se tiene que destruir a personas víctimas de una ambición desmesurada, se hace y punto.

¿Y ahora todos estos del “no surrender” qué harán? La sentencia condena a Borràs a 4 años y medio de prisión y a 13 de inhabilitación. Una burrada, sí, pero también es el resultado de una estrategia de defensa equivocada. Pero bien, ponerse en manos de abogados-activistas con causas personales, tiene sus riesgos. A veces funciona y a veces, no, como es el caso de que nos ocupa.

Ni Pedro Sánchez ni los Comunes, como se ve después de la entrevista que 8tv hizo a Ada Colau, este domingo, están para aceptar el indulto parcial que propone el TSJC para evitar que Borràs entre a la prisión. Y no lo están porque no creen que se pueda equiparar a los presos independentistas que fueron indultados con un caso de corrupción como, según la sentencia, queda probado.

Pero es que, además, quizás cuando el indulto llegue al Consejo de Ministros, ya no esté el mismo gobierno. O, aunque esté, quizás es demasiado cerca de las elecciones. Es decir, que, si no hay imprevistos, Laura Borràs podría ingresar en la prisión.

Te incomoda ver a una persona entrar en una espiral hacia el absurdo con el aplauso y el calor del politburó de su partido y con la bendición de Waterloo

A buen seguro que, si ERC tarro, lo evitará, aunque jamás de los jamases se reconocerá a los republicanos nada, como se pudo ver con el happening de Clara Ponsatí de la semana pasada, ya que se ve que pudo volver por obra y gracia de Cristo Nuestro Señor.