Insultos a mujeres y proclamas en whatsapp: así se radicalizó el asesino de Algeciras

Yassine K. se radicalizó en los últimos meses. Se dejó la barba, empezó a rezar y empezó a hablar de cosas "que no tenía sentido", según ha explicado su compañero de piso. 

¿Qué sabemos? En declaraciones en TV3, el chico ha explicado que el  presunto asesino de un religioso en Algeciras este miércoles veía todo el mundo como un "infiel" desde que había empezado a cambiar, un proceso que se inició dos meses atrás.

• "Hablaba del demonio, de Dios", ha relatado al compañero de piso. 
• En el registro de su casa, la Policía Nacional ha encontrado información en unos pendrives con contenido yihadista muy básico, según fuentes de la investigación, que apuntan a una "radicalización reciente", que había reflejado en las redes sociales. 
• El juez que investiga el caso lo relaciona con el salafismo yihadista. 

Además: A los investigadores les consta que Yassine, marroquí de 25 años, tenía antecedentes por problemas psiquiátricos en su país de origen. El detenido se encontraba en España en situación irregular y tenía una orden pendiente de expulsión.

¿Qué dice la investigación? El juez del caso considera que el atacante cometió un delito de assasinat y lesiones con objetivos terroristas y vincula el ataque con el salafismo yihadista. 

• Entiende que el agresor quería "alterar la paz pública mediante la ejecución de actos de terror, que podrían haber motivado la actuación criminal." 
• En el auto donde autoriza el registro a la policía, el juez hace un relato de los hechos: Yasine discutió con los feligreses exclamando "vehemente que la única religión que hay que seguir es la islámica".
• Después de abandonar la iglesia, el hombre volvió a las 19:40 dando gritos en árabe y atacó al primer religioso, que hiere de gravedad. 
• Después se dirigió a una segunda parroquia donde apuñaló mortalmente al sacristán Diego Valencia. Tras recibir las primeras puñaladas, pudo huir por unos instantes, pero fue atrapado por su perseguidor que le profirió la última estocada mortal mientras miraba el cielo y gritaba  palabras en árabe, entre ellas, "allah" (Dios)

Para acabar: El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha explicado este jueves que el hombre no estaba "en ningún radar por radicalización en España o país amigo" y que no hay más personas implicadas.