Detienen un conductor de patinete eléctrico por circular drogado a 118 km/h

La Guardia Urbana de Cornellà del Llobregat (Baix Llobregat) detuvo el conductor de un patinete eléctrico por circular drogadicto a 118 kilómetros por hora. 

¿Por qué es importante? En España, la velocidad máxima por circular con patinete eléctrico es de 25 kilómetros por hora. 

¿Qué sabemos? La policía detuvo el conductor cuando circulaba a 118 kilómetros por hora por la carretera de Sant Joan Despí, donde se saltó un semáforo en rojo. 

• Cuando los agentes lo pararon, pudieron comprobar que el vehículo estaba modificado para superar la velocidad máxima y el indicador marcaba 118. 
• Al someterlo al test de drogas, dio positivo en THC, opiáceos, cocaína, heroína, anfetamina y benzodiacepinas.
• Durante el cacheo, los agentes comprobaron que el hombre llevaba 155 gramos de hachís, dos botellas de droga líquida tipo ‘popper’, dos navajas, un espray pimienta no homologada, una defensa rígida y un chaleco antibalas.
• Todo fue intervenido por la policía junto con el patinete.

En detalle: Los agentes interpretan que, a la velocidad que circulaba, el hombre tendría que tener carné de moto, llevar luz al vehículo y llevar casco. Pero no cumplía ninguno de estos requisitos. 

• La Guardia Urbana ha instruido diligencias contra el hombre por un delito contra la seguridad vial y por un delito contra la salud pública por tráfico de drogas.

En profundidad: El pasado mes de enero, los Mossos d'Esquadra desarticularon una banda de ladrones que robaban baterías de motos eléctricas de alquiler compartido y las instalaban en patinetes. 

• Los agentes detuvieron 14 personas en varias entradas y registros en talleres de Barcelona, l'Hospitalet de Llobregat, Esplugues de Llobregat y Cerdanyola del Vallès.
• La empresa propietaria de los vehículos de motosharing calcula que la afectación de los robos es de 2 millones de euros, según explican los Mossos. 
• La investigación empezó el septiembre pasado cuando los Mossos detectaron los robos de Sarrià, primero, y descubrieron, en segundo lugar, que estos episodios se habían extendido a toda Barcelona.