Eduard Farelo, defensa encarecida de su hija Bad Gyal: "Es absurdo que la acusen de nepotismo"
Las nuevas generaciones ya lo conocen más como "el padre de Bad Gyal" que por su nombre y apellido: Eduard Farelo. El fenómeno musical de su hija parece imparable, un trabajo que –dice– es mérito exclusivo de ella.
¿Qué sabemos? En una entrevista al periódico digital Vilaweb, el actor de Com si fos ahir carga contra los medios de comunicación que se refieren a Alba Farelo (nombre real de Bad Gyal) como una "nepobaby", es decir, alguien que ha podido alcanzar la fama de forma mucho más rápida gracias a conexiones familiares.
¿Qué dice Eduard Farelo?
- "La única cosa que me fastidia es que algunos medios utilizan la palabra nepobaby para hablar de Alba".
- "Les debe dar clics, pero me parece absurdo que acusen de nepotismo a mi hija. ¿Qué pinto yo, en la carrera musical de Alba?".
- "¿Cómo se puede pensar que yo, un pobre actor de este pequeño país, le he echado una mano para que una gran discográfica firme con ella? ¡Es absurdo!".
- "Me sabe mal. Lo hacen para desmerecerla, para quitar valor a su trabajo. A veces son medios importantes y me toca los huevos".
Además, el intérprete ha confesado también que está "absolutamente encantado" de que se le conozca como el padre de Bad Gyal. "Eso significa que a ella le va bien, y que yo me puedo tomar las cosas con una más calma. Ya me está bien, que tengo 52 años," reflexiona Farelo senior.
Otro apunte: Entre los cinco hijos de Eduard Farelo, hay otra que también empieza a despuntar en el mundo de la música. Se trata de Irma, de solo 18 años, que canta con el seudónimo de Mushkaa. De la relación de ambas con la fama, y de los mensajes negativos que reciben en las redes sociales, el actor apunta: "Si hubiera recibido la mitad de odio que ellas, sería incapaz de subir encima de un escenario. Nosotros, al principio, leíamos una mala crítica teatral y estábamos cuatro días haciendo mal la obra por culpa de eso".
Para acabar: Bad Gyal ha sido noticia los últimos días por los conciertos multitudinarios de Barcelona y Madrid (con 17.000 y 18.000 personas respectivamente). Un tsunami de fans que el actor relativiza. Afirma que se ha asegurado de hacer entender a su hija que el éxito es pasajero. "La gente que te idolatra, igual que la gente que habla mal de ti, lo hacen sin conciencia de quien eres realmente. Alba lo había vivido antes en casa, y entonces lo ha podido afrontar con una cierta tranquilidad", expone. "Al final al fin y al cabo son fuegos artificiales que no tienen mucha importancia. De la misma manera que ha venido, se irá".
