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Eduard Pujol i Bonell
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De Pujols i de asnos

Joan Tardà siempre se hace escuchar. El sábado se sentó en el sofá de El Fax de 8tv y dibujó las líneas maestras de lo que será el discurso de Esquerra los próximos meses. Dice que los presupuestos de Sánchez pasan a toda costa para modificar el delito de sedición al código penal.

Tardà, convertido en oráculo de los republicanos, tiene aquella posición tan interesante de no acabar de estar del todo -porque no tiene cargos- y de estar, todo en uno, porque, de hecho, con 300.000 seguidores en el Twitter, cada fin de semana es un reclamo eficaz para los actos de partido en cualquier rincón del país.

El exportavoz de ERC en el Congreso de Madrid, defiende que, efectivamente, Esquerra quiere ser la nueva Convergència. No en el sentido de ser 'convergents', sino de ejercer de piedra angular. Tardà también asegura que el presidente Aragonès tiene mucho de Pujol, del presidente Pujol. De hecho, predice que, como Pujol, Aragonès marcará una época al frente del Govern.

El exportavoz de ERC en el Congreso de Madrid, defiende que, efectivamente, Esquerra quiere ser la nueva Convergència. No en el sentido de ser 'convergents', sino de ejercer de piedra angular.

Así, que Tardà apunta que Aragonès es como Pujol, tiene cuatro efectos muy claros:

  • Primero: exonera Pujol de todos los males.
  • Segundo: Esquerra hace suyas las virtudes más populares del pujolisme.
  • Tercero: Pujol hace de palanca del presidente 132. Se quiere agigantar al presidente de hoy, silenciando que comunicativamente Aragonès no tiene ninguna semejanza con el expresidente -ni el verbo, ni el gesto ni la intención.
  • Y aún una cuarta lectura: con esta apropiación, Esquerra roba la cartera a Junts. Por inacción, Esquerra hace suyo uno de los valores simbólicos más rentables del fondo de armario de Junts, si descontamos la carta Puigdemont.

Pero vamos al kilómetro cero de este giro. ¿Por qué razón alguien tan hábil como Tardà liga la figura de Aragonès a Pujol y por qué Junts, con la excepción de Xavier Trias, lo silencia? Todavía hoy el pujolisme quema mortecino. No hace ruido, es una manera de hacer. Está y Esquerra lo sabe. Es por eso que Esquerra define las dos próximas jugadas y mueve ficha. Esquerra ya está en las elecciones que vienen al Parlament y Junts todavía no se ha movido de su último Congrés.

¿Esta situación es definitiva? No. La realidad es tozuda, Aragonès no se parece a Pujol ni hace de Pujol. El político más Pujoliano es el exconseller Jaume Giró. Pasea por pueblos pequeños de la Alta Segarra o de las Garrigues como aquel quién nada y pisa con naturalidad la moqueta de la planta diecisiete de los edificios más influyentes de la Diagonal. En Junts lo sabe todo el mundo y los golpecitos en el hombro y las zancadillas que pueda recibir Giró responden, exclusivamente, a esta clave. Cuando Giró defiende que en cada pueblo se mantenga un cajero automático en servicio, no hace de exdirector general de la Fundación Bancaria Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona. Hace de Pujol y saca el polvo a la idea de hacer país.

El político más Pujoliano es el exconseller Jaume Giró. Pasea por pueblos pequeños de la Alta Segarra o de las Garrigues como aquel quién nada y pisa con naturalidad la moqueta de la planta diecisiete de los edificios más influyentes de la Diagonal.

Junts tiene que perder el miedo a hablar de Pujol, sobre todo ahora que Esquerra se ha decidido a hacer la OPA simbólica a Pujol, a un presidente que los nuevos electores conocen poco. Los más jóvenes ni lo votaron nunca -los que hoy se estrenarían en las urnas, en 1999 no estaban en el mundo- ni lo pudieron ver en Palau haciendo de Jefe de Estado sin Estado.

A las próximas elecciones al Parlament, de Pujols y de asnos, habrá en todas las casas. De asnos dogmáticos, ya se sabe, sobran, nunca faltan. En cambio, los gestores de la oportunidad, pragmáticos por convicción, irán buscados y, en tiempo de crisis, tener, sumará. A quién sepa hacer suyo el Pujol que mandaba, tendrá medio trabajo hecho. No hablemos de los juegos de la hora del patio. Aragonès lo sabe, Illa, también. Hablamos de ganar elecciones. Poca broma, eso va de poder.

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