Opinión
Jordi Cabré
opinión

Política útil

La atmósfera de cinismo perdonavidas que se ha instalado a la política catalana después del 2017 da paso a la aparición de afirmaciones como “ahora es la hora de la política”. Lo dicen consellers actuales y los analistas más pedantes, y en términos de conflicto Catalunya-Espanya te clavan que “este conflicto se tiene que arreglar con política y ahora es la hora de la política”. Entendiendo “política”, según ellos supongo, la cultura del diálogo y de la negociación con el adversario. Un poco como si el contrario de esta política fuera la guerra, la barbarie o el caos. Sí y no. Quiero decir: no.

La atmósfera de cinismo perdonavidas que se ha instalado a la política catalana después del 2017 da paso a la aparición de afirmaciones como “ahora es la hora de la política”

El año 2017 se hizo mucha política. De hecho, solamente hicimos que política, unos y otros, de cada bando. Fue una etapa inmensamente politizada donde aparecieron, eso sí, instrumentos de confrontación y de desobediencia que hasta entonces no habían utilizado: el caso es que eso no lo hace menos “política”, y tampoco lo hace menos “política útil”. Sirvió de mucho, como todo el mundo con cara y ojos puede apreciar, tanto con respecto al cambio de lenguaje hacia España como con respecto al cambio de actitud: hasta entonces, esta alegada actitud “dialogante” y “política” se había ejercido de mil maneras. 30 y 40 años de "peix al cove", de ir yendo, de contrapartidas más o menos exitosas... nadie puede decir que en este país no se haya dialogado ni se haya alargado la mano.

El Estatut fue la última oferta de diálogo que el Estado se ocupó de rehusar y chafar. Era casi obligado, era lógico e incluso la única actitud digna, plantear otro tipo de política. Que es, también, política. Si la unilateralidad y la confrontación no es política, que lo pregunten a todas las naciones que se han independizado durante la historia. Otra cosa es que, en efecto, en confrontación cuesta mucho de estar permanentemente. Normalmente, esta política tiene que aprovechar los breves momentos de resquicio que aparecen en la historia. Y Catalunya, poco o mucho, lo aprovechó. No tenía otra.

Si la unilateralidad y la confrontación no es política, que lo pregunten a todas las naciones que se han independizado durante la historia

Si lo que quieren decir es que ahora es la hora de buscar una enésima oportunidad para reformar España, tendrían que decirlo así. Pero de ninguna de las maneras podemos admitir que se nos hable con la condescendencia de quien sabe de política, porque los otros, ya se sabe, solamente son simples “activistas”. Pues bien: cuando se acabe esta comedia, que será pronto, se abrirá una nueva rendija. Veremos si es la definitiva, pero sin duda también será el momento de la política. Eso sí, de la política con mayúsculas. La que realmente cambia las cosas. La que, como tiene prisa, sabe esperar.

Categoría: Opinión