Opinión
Magda Gregori
opinión

Los costes de un acuerdo

En política, cualquier gesto tiene consecuencias. Algunas pueden ser calculadas y estudiadas, otras son imprevisibles. Todas, a menudo, dependen del contexto, los intereses partidistas, las necesidades de los rivales y los réditos electorales. Por eso, el anuncio de la derogación del delito de sedición tiene, sin duda, unas derivadas que el PSOE y ERC tienen que saber gestionar. Las dos formaciones llegaron a un pacto no escrito el año 2020 para investir a Pedro Sánchez.

Por un lado, el Gobierno aceptó una negociación sobre el conflicto político y, a cambio, los republicanos garantizaban la estabilidad de los socialistas en el Congreso. Por lo tanto, ahora Esquerra puede escenificar que la derogación del delito de sedición es un triunfo de la mesa de diálogo y la aprobación de los presupuestos españoles garantizarán en Sánchez que pueda acabar su mandato cómodamente por afrontar las próximas elecciones, previstas para finales del año que viene. 

El Gobierno aceptó una negociación sobre el conflicto político y, a cambio, los republicanos garantizaban la estabilidad de los socialistas en el Congreso

Sin embargo, el ejecutivo español sabe que la tramitación parlamentaria para derogar el delito de sedición tendría que ser rápida. Es la única manera de minimizar el desgaste político que le puede provocar porque la derecha política y mediática intentará que este sea un debate intenso y exacerbado. Paralelamente, ERC tiene que trabajar para que el Gobierno también modifique el delito de malversación que afecta a muchos dirigentes condenados y perseguidos para el 1-O. 

ERC tiene que trabajar para que el Gobierno también modifique el delito de malversación que afecta a muchos dirigentes condenados y perseguidos para el 1-O

Pero dentro del independentismo, el resto de fuerzas políticas no han visto con buenos ojos la reforma del código penal. Un hecho que puede condicionar la aprobación de las cuentas catalanas. ERC preferiría pactarlos con Junts per Catalunya, pero sabe que, en estos momentos, probablemente solamente tendrá dos posibilidades: prorrogarlos o pactarlos con el PSC. Un acuerdo u otro se tiene que saber hacer, gestionar y argumentar con bastante habilidad si no los resultados pueden ser del todo inesperados en las puertas de diferentes contiendas electorales. Pero en política hace falta asumir riesgos, llegar a consensos y gestionar contradicciones. 

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