Opinión
Jaume Barberà
OPINIÓN

Ineptitud

Cuando las personas se equivocan, lo más normal es que se reconozca. Todos nos equivocamos. Todos.

No reconocer una equivocación, un error, es agravar los problemas que haya podido ocasionar lo que se ha hecho mal. Pero es que, además, denota prepotencia, ineptitud y, seguramente, también ignorancia. 

No reconocer una equivocación, un error, es agravar los problemas que haya podido ocasionar lo que se ha hecho mal

¿Dónde quiero ir a parar con esta introducción? Pues, y seguro que lo han adivinado, a la arrogancia y soberbia de la ministra de Igualdad, Irene Montero.

En general, la hiperideologización de esta izquierda que tenía que cambiarlo todo lleva directamente al fracaso, sobre todo, cuando se tiene poder. Si no se tiene poder, la poesía es retórica cotidiana y se utiliza como modus vivendi. 

Después, también tenemos esta insoportable supuesta superioridad moral de la izquierda que, de forma totalmente totalitaria, descalifica cualquiera que se atreva a contradecirla. 

Las primeras reacciones de Montero, cuando se dio cuenta de como de mal lo habían hecho, fue tildar a los jueces de machistas.  

Y ya no hay que hablar más. La diputada de PP, Marta González, como muchos otros, ya advirtió a la ministra el 22 de mayo que la ley supondría una rebaja de las penas en los delitos más graves. ¿Sin embargo, claro está, es una diputada del PP, una facha, no? “Como la mayoría de jueces”, segura que deben pensar una buena parte de seguidores de Podemos.   

El Consejo General del Poder Judicial, otros ministros, otros diputados, etc., también dijeron que había un riesgo de que pasara lo que ha pasado y seguirá pasando. 

A Irene Montero la defensa encarnizadamente su marido, el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias: que lamenta los silencios “cobardes y miserables” de los que no tendrían que callar, como, por ejemplo, la que él ungió vicepresidenta, Yolanda Díaz

A Irene Montero la defensa encarnizadamente su marido, Pablo Iglesias: que lamenta los silencios “cobardes y miserables” de los que no tendrían que callar como la que él ungió vicepresidenta, Yolanda Díaz

Cuando Podemos irrumpió en la escena política, lo hizo con un discurso rupturista, renovador y queridamente transformador. Los partidos clásicos, para Podemos, eran casta al servicio de los poderosos: enemigos a abatir.

Ellos entraban en escena para demostrar que otra manera de hacer política era posible.

Pues, bien, Irene Montero es la máxima responsable de haber hecho una ley feminista (ley orgánica de Garantía de la Libertad Sexual) que acaba desprotegiendo a las mujeres a pesar de haber sido advertida.

Irene Montero es la máxima responsable de haber hecho una ley feminista que acaba desprotegiendo a las mujeres a pesar de haber sido advertida

Si fuera una ministra del PSOE, posiblemente ya la habrían cesado, pero forma parte de la coalición, así es que es la hora de demostrar, pues, cómo hizo su compañero, que no es una política como los que tanto detesta. Y ya tarda.

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