Opinión
Joan Julibert
opinión

La reacción de las togas

El PSOE, Unides-Podem y ERC han iniciado un proceso para revertir los estragos causados por una justicia politizada que ha utilizado el marco legal vigente para controlar la disidencia política con la máxima contundencia represiva. Las sentencias del 'Procés' son un ejemplo, pero no solamente, también algunas de las condenas al movimiento de los indignados antes y a los jóvenes de Alsasua, después. 

La fórmula que han encontrado estos partidos han sido cambios en el código penal, dicen, para dar menos margen de maniobra a los togados. Este es un hipotético objetivo, pero que no deja de ser hoy una declaración de intenciones. Lo que sí que sabemos es que ERC tiene algún resultado por presentar del proceso de negociación de la famosa Mesa de Diálogo, y que el PSOE tiene mucho más cerca la aprobación de los presupuestos, y aparta el PP del centro político en que quería situarlo Feijóo poniendo este tema como principal foco del debate político.

El PSOE, Unides-Podem y ERC han iniciado un proceso para revertir los estragos causados por una justicia politizada que ha utilizado el marco legal para controlar la disidencia política 

La desjudicialización ya es otra historia. Primero, porque desde el mismo ámbito jurídico hay discrepancias sobre si el nuevo tipo penal de los desórdenes públicos será contraproducente o no para la movilización, y después, y eso es lo más importante, porque el problema fundamental no son los tipos penales, sino quienes se encarga de interpretar los delitos. Todos sabemos que la definición de lo que pasó en octubre del 17, según la sentencia del Tribunal Supremo, fue fruto de un ejercicio de imaginación sin precedentes. Nada dice que estos mismos jueces no utilicen el mismo sistema de ingeniería jurídica para seguir marcando el camino represivo contra la disidencia, y si no tienen sedición, aplicar rebelión. ¿Cómo? No es tan difícil. El juez Marchena, en relación con los indignados, se inventó un concepto que sin duda es pirotecnia dialéctica, la violencia ambiental. A partir de aquí todo es posible. 

El problema fundamental no son los tipos penales, sino quien se encarga de interpretar los delitos

Los jueces, a quienes la derecha española ha otorgado el rol de máxima autoridad, no estarán dispuestos a ceder esta prerrogativa tan fácilmente y eso hace prever que la reacción de las togas puede ser furibunda. Sería bueno que los negociadores, que han conseguido cambiar el marco legal para ponerlo al día, se dedicaran a fondo a reformar la cúpula judicial, porque si no esta será una ocasión perdida en la democratización que tiene que hacer posible que esté garantizado el derecho de protesta y manifestación política.