Opinión
Saül Gordillo
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El 'peix al cove' de Rufián

ERC ha acordado con el gobierno del PSOE y Unidas Podemos la transferencia de 900 millones para ejecutar inversiones pendientes del Estado en Catalunya. Si en lugar de ERC pusiera CiU estaríamos hablando de una noticia de hemeroteca. Y entonces en lugar de Joan Margall diría Josep Sánchez Llibre y en lugar de Gabriel Rufián sería Josep-Antoni Duran Lleida el jefe de filas en el Congreso, y estaríamos hablando de cuándo Jordi Pujol presidía a la Generalitat y no de ahora que el president lo es Pere Aragonès. Con esta negociación presupuestaria, ERC suplanta a CiU y si dejáramos al margen la mesa de diálogo entre gobiernos y la desjudicialización derivada de la represión del 1-O, las inversiones comprometidas por el PSOE en Catalunya con el partido que ahora ostenta la presidencia de la Generalitat encajaría a la perfección con el peix al cove pujolista.

Gabriel Rufián, que se mueve en Twitter mucho mejor que Duran Lleida lo hacía en el entorno digital en su época de portavoz de CiU en el Congreso —Xavi Viejo le hacía aquella carta semanal que los periodistas esperaban para hacer noticia—, acaba de demostrar que se pueden conseguir transferencias millonarias para Catalunya sin necesidad de alojarse en el Palace y cambiando La Vanguardia de papel por La Fábrica de YouTube. El portavoz de ERC en el Congreso y candidato a la alcaldía de Santa Coloma de Gramenet acaba de anotarse dos hitos importantes —los 900 millones en infraestructuras y la reciente derogación del delito de sedición— que en época de Duran Lleida serían motivo de páginas y páginas de diarios de papel, alguna portada, y minutos y minutos de telediarios televisivos.

Rufián acaba de anotarse dos hitos importantes que en época de Duran Lleida serían motivo de páginas de diarios, alguna portada y minutos de telediario

Los tiempos han cambiado y, al margen de cómo el postpujolismo y el procés han impactado en la mentalidad de nuestra sociedad, para los políticos catalanes intentar lucir hoy los frutos de la negociación con el Estado es un deporte de riesgo en las redes sociales, allí donde precisamente Rufián sale airoso y Duran Lleida sufría. La perversión es que los medios de comunicación tampoco tratan hoy los éxitos negociadores catalanes —de ERC o del PDeCAT, ya que este último ha conseguido 40 millones para Catalunya con 4 diputados— como lo hacía antiguamente cuando quien acosaba periodistas y directores de medios era el tándem Duran Lleida-Sánchez Llibre.

La perversión es que los medios tampoco tratan hoy los éxitos negociadores catalanes como lo hacían antiguamente cuando quien acosaba periodistas era el tándem Duran Lleida-Sánchez Llibre

Twitter destrozará el peix al cove republicano, en buena parte por el odio que se ha extendido contra ERC y contra la política de las cosas concretas. Los mismos periodistas que hacían la gara-gara al inquilino del Palace en aquellos años de pactos CiU-PP del Majestic seguramente hoy, quizás jubilados, critican Rufián y ERC por los 900 millones obtenidos en la negociación presupuestaria desde su Twitter sentados en el sofá o en alguna tertulia de viejas glorias. Militar en la utilidad, como sostiene Rufián el día que se anuncia la reforma del Código Penal para rebajar la represión, es un deporte de alto riesgo cuando quien la practica no es la antigua Convergència i Unió.

Militar en la utilidad, como sostiene Gabriel Rufián, es un deporte de alto riesgo cuando quien la practica no es la antigua Convergència i Unió

Los tiempos han cambiado hasta el punto que los anuncios de centenares de millones generan ahora un justificable escepticismo entre los catalanes, decepcionados con demasiados anuncios del Estado con bombo y platillos que después no se acaban de cumplir. La clave no es tanto la previsión presupuestaria, sino la ejecución de los proyectos. Por eso tiene todo el sentido del mundo que se haya pactado un sistema para garantizar el cumplimiento de los presupuestos y de estos 900 millones transferidos al Govern de Catalunya. La versión mejorada del peix al cove de Jordi Pujol reclama políticos y gobernantes en Catalunya capaces de hacer un seguimiento de la ejecución de los compromisos en inversiones e infraestructuras. Superar la presión del Twitter hiperventilado está bien. El segundo paso es fiscalizar el grado de cumplimiento y garantizar que, efectivamente, los 900 millones transferidos llegan y se ejecutan. Dejar de hacer scroll en el timeline de Twitter y monitorizar inversiones y proyectos.

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