Opinión
Saül Gordillo
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La Corpo se mueve

Cuatro décadas después del nacimiento de Catalunya Radio y TV3, la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) presenta un plan estratégico para encarar su transformación. Lo hizo en un acto moderno y bien preparado en el plató 1 de TV3 con todo el sector audiovisual del país y diputados de PSC, ERC, Junts, Comuns y C's. Nueve meses después de la llegada del nuevo consejo de gobierno (PSC, ERC y Junts), la Corpo se mueve con el parto de un plan estratégico que encara el futuro con ambición y sintetiza los retos políticos de los integrantes de la nueva dirección del ente: atacar las áreas metropolitanas y las ciudades medianas, potenciar el catalán en el entorno digital, llegar al público joven con más canales y formatos innovadores más allá de la televisión y radio liniales, y reflejar la realidad de un país diverso que poco tiene que ver con el de 1983.

La "nueva CCMA" minimiza la palabra "refundación" y hace autocrítica por primera vez admitiendo que el liderazgo de TV3 es "relativo", en la medida que el canal es segundo o tercero en poblaciones y áreas muy relevantes. La Corporació, durante los años del procés, había eludido hasta ahora los retos tecnológicos, transformadores y organizativos en nombre de un liderazgo de TV3 que servía para meter la cabeza bajo tierra.

La CCMA encara el futuro con ambición y los retos de atacar las áreas metropolitanas, potenciar el catalán en el entorno digital, llegar al público joven y reflejar la realidad de un país diverso

Ahora que TV3 dice querer "despolitizarse" y que han llegado unos nuevos responsables de los medios públicos, el plan estratégico parece un documento de consenso entre socialistas —que ya no quieren "refundar", aunque el perfume es refundacional—, republicanos —que finalmente se salen con la suya con la digitalización y el público joven— y juntaires —que ponen el acento en la lengua catalana—, mientras que dos grupos excluidos de "la nueva CCMA" como Comuns y CUP pueden sentirse reflejados con la diversidad y el feminismo que también luce la hoja de ruta.

El plan estratégico es valiente —por primera vez se admite que el grupo audiovisual público es segundo en Catalunya en el ámbito digital, por detrás de Atresmedia— y ahora pedirá recursos y escasa resistencia al cambio. No será fácil porque la inercia de cuatro décadas no se cambia de la noche a la mañana, y también porque el ritmo vertiginoso del sector y la globalización tecnológica ligan mal con privilegios o maneras de hacer locales. La puesta en escena, multitudinaria, sirvió para hacer equilibrios internos y lucir caras que merecían un cierto reconocimiento. También para sacar pecho de un proceso participativo con un millar de profesionales que han dicho la suya, con una metodología de trabajo que sepulta para siempre la vieja idea de la "cogestión". 

La inercia no se cambia de la noche a la mañana, y no será fácil porque el ritmo vertiginoso del sector y la globalización tecnológica ligan mal con privilegios o maneras de hacer locales

El acto del nuevo plan estratégico, liberador para unos e inquietante para otros, tuvo un punto catártico con el sector y elegante con los gobernantes y sus aliados presupuestarios que tengan que poner números para el 2023. Fue, en el fondo, la presentación del nuevo equipo directivo —los que están por debajo del consejo de gobierno—, con los dos directores de medios escogidos por concurso público en pie de igualdad con otras incorporaciones o altos cargos cambiados de posición. Paridad alcanzada al alto nivel directivo, y más peso de las mujeres en el consejo de gobierno. Sólo con la foto del viernes ya se han conseguido hitos que hasta hace poco parecían difíciles.

Si la OTT que tiene que nacer es "de país" y no excluye a nadie territorialmente, tampoco por su naturaleza pública o privada, se cumplirá con la promesa inclusiva y generosa

Si la "cogestión" ha decaído y también el enfrentamiento dirección-sindicatos de épocas no demasiado lejanas, cierne la incógnita sobre la "reciprocidad" y el alcance televisivo tradicional en todo el territorio de habla catalana. Alguien podría interpretarlo como una renuncia soberanista. Otro, como el resultado de una mirada larga que da por amortizada la TDT como herramienta fuera de Catalunya. Si la OTT que tiene que nacer es "de país" y no excluye a nadie territorialmente, tampoco por su naturaleza pública o privada, se cumplirá con la promesa inclusiva y generosa mostrada el viernes con el sector y otros operadores en catalán.

Categoría: Opinión
Etiqueta: TV3