Opinión
Maria de la Pau Janer
opinión

Por favor, necesitamos a un negro en el escenario

Las polémicas pueden ser garantía de éxito. Si quieres vender un producto, acómpañalo de una polémica potente. Provoca, escandaliza, sorprende. En una sociedad que recibe tantísima información, pero que retén bien pocas cosas, se tiene que hacer mucho ruido para que el mundo te escuche.

Pero no todo se vale. 

Se ha celebrado la octogésima edición de los Globos de Oro, considerados la antesala de los Oscars, destinados a reconocer el mejor cine y televisión. 

En esta edición, se tenía que entonar un “mea culpa”. No era suficiente con pedir excusas, ni intentar justificar el injustificable

Los premios han vuelto después de una última edición de castigo: en el 2022 se redujeron a un acontecimiento privado, que la NBC se negó a retransmitir, sin alfombra roja ni público. Y el boicot de un número considerable de actores. Tom Cruise devolvió de forma ostentosa los tres Globos que había ganado durante su carrera a la Organización.

Teníamos servida una gran polémica, en este caso muy perjudicial. No se puede ser políticamente incorrecto.

El 2021 Los Ángeles Times acusaba la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, la responsable de la organización, de falta de atención a la diversidad, de conductas poco éticas, y de aceptar “sobornos”. La polémica se convirtió en catástrofe

En esta edición, se tenía que entonar un “mea culpa”. No era suficiente con pedir excusas, ni intentar justificar el injustificable. El mundo del cine en Hollywood ha pasado de la falta de sensibilización a la hipersensibilización. No hay lugar para las medias tintas. Se graban series de romanos, por ejemplo, con romanos negros. ¿No hubo? La veracidad histórica poco importa. Recordamos el éxito de la serie Los Bridgerton, donde la reina de Inglaterra es una dama negra, y algunos de los personajes principales también, en una curiosa corte donde los negros y los blancos comparten privilegios, fortuna y amores. 

El presentador de los Globo de Oro del 2023 fue... un señor negro. ¡Sorpresa! Sucedía después de setenta y nueve ediciones sin ningún presentador de raza negra. Tampoco hay ninguno entre los ochenta y siete miembros de la Asociación organizadora. Fue el cómico Jerrid Carmichael. Subió al escenario y fue al grano: “Estoy aquí porque soy negro. No me despedirán”. Si quieres resolver un tema conflictivo delante del público, habla, caréate a los rumores. Como el presentador se había aprendido bien el guion, después de una pausa publicitaria, apareció con tres globos de oro al escenario diciendo que eran los que Tom Cruise había devuelto. Intentos de aliviar las tensiones. Se respiraba el deseo de calmar los ánimos con sentido del humor. 

En una sociedad que recibe tantísima información, pero que retén bien pocas cosas, se tiene que hacer mucho ruido para que el mundo te escuche

No sabemos si la estrategia funcionó del todo. Cuando quieres ser políticamente super mega correcto, siempre se te puede escapar alguna cosa: no había ninguna mujer nominada para la mejor dirección, premio que recogió Spielberg para Los Fabelman.

Hubo ausencias importantes, incluso de actores que habían sido nominados. No fueron Cate Blanchett, Zendaya, o Kevin Costner, entre otros. Se respiraba el recuerdo de algunas denuncias en miembros de la Asociación que habían aceptado invitaciones de viajes de lujo a Las Vegas a cambio de votos. O el episodio del nombramiento de la serie Emily en París, consecuencia de una invitada a Francia entre vinos franceses y fiesta. 

Categoría: Opinión
Etiquetas: Series Cine