¿Quién gana con el acuerdo de presupuestos?

Por fin se ha acabado el culebrón de los presupuestos en Catalunya. Después de meses de tira y afloja entre los diferentes partidos, se ha llegado a un acuerdo entre el gobierno de la Generalitat, los comunes y socialistas.

A pesar de que en un principio Esquerra hacía declaraciones, mediante alguno de sus liderazgos, en los que se aseguraba que no se llegaría a un acuerdo con el principal partido de la oposición, a consecuencia de su papel durante el tiempo del proceso, a medida que el tiempo se consumaba las vuelves y los intereses iban cambiando y los socialistas, que se habían mostrado dispuestos a hablar y acordar los presupuestos, se volvían más exigentes ante las negociaciones iniciadas.

Es evidente que en comunicación política los tempos son tan importantes como el mismo contenido de las propuestas. Pero muchas veces el conjunto de ciudadanos no entienden estos cambios de opiniones en un periodo de tiempo tan corto.

Ahora todos los partidos de este consenso sacan pecho por haber estado capaces de conseguir que sus propuestas queden plasmadas en la distribución de los recursos de la comunidad autónoma, pero el que realmente valoran los firmantes del acuerdo es el rédito político que puedan tener en el futuro.

Por un lado, el partido de gobierno demuestra su capacidad de pactar con los partidos que forman parte de la oposición, lo que le da una imagen institucional muy potente.

Del mismo modo, el partido socialista exhibe la voluntad de poner por sobre los intereses de los catalanes que los de su formación. Y finalmente, los comunes aportando las exigencias que le reclaman sus votantes.

El tiempo dirá si esta estrategia que han seguido dará sus frutos para las próximas elecciones, pero lo que sí parece es que estas cuentas son el inicio de un futuro gobierno tripartito que rompería de manera definitiva la etapa negra del procés.