Opinión
Maria de la Pau Janer
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opinión

Es sencillo: Animaos a apedrear a una mujer

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El poder del anonimato es inmenso. Escondidos tras un nombre falso, mujeres y hombres escupen sus miserias. Atacan a matar. Disparan. Es tan sencillo ocultarse entre la multitud para tirar una piedra. ¿Recordáis las lapidaciones a las mujeres? En el siglo XXI, siguen existiendo: mujeres afganas, del Sudán, y de otros países son condenadas a morir apedreadas porque han cometido adulterio. Suelen ser frecuentes en las zonas donde los talibanes se imponen. Nos parecen historias muy lejanas

El poder del anonimato es inmenso. Escondidos tras un nombre falso, mujeres y hombres escupen sus miserias. Atacan a matar. Disparan. Es tan sencillo ocultarse entre la multitud para tirar una piedra

Nosotros, en el mundo civilizado, también podemos apedrear a una mujer. Lo haremos de forma distinta, claro está: transformaremos las piedras en comentarios en Twitter. Una lluvia de insultos, juicios mentirosos, bromas de mal gusto, o chistes increíbles tirados con una fuerza insólita contra una mujer. Encontraríamos muchos ejemplos recientes. Hablemos: 

Somos hipócritas. Vivimos en una sociedad que ofrece las dos caras de la moneda. En la Noche de los Goya 2023, Laura Galan ganaba el premio a la mejor actriz revelación por su papel en Cerditas, una película sobre los abusos que sufre la protagonista en Extremadura a causa de su físico. Pronunció un discurso que reivindicaba la diferencia, los cuerpos no normativos. 

La misma noche, otra actriz aparecía a la alfombra roja con aspecto serio. Ella fue la víctima de la mala leche colectiva. Se llama Berta Vázquez, hija de madre ucraniana y padre etíope, ha trabajado en Palmeras en la nieve, recreación cinematográfica de la novela de Luz Gabas. Se hizo muy conocida con su participación en la serie Vis a vis

Apareció a la alfombra con una mirada triste. No hacía mucho que, en una entrevista, había explicado que sufría depresión. Dijo también que, aunque le encantaba interpretar, se le hacía muy duro lo que acompaña la industria del cine. A veces, le parecía una montaña difícil de escalar. ¿Fue una premonición?

Llevaba un vestido largo, color chocolate, y unos guantes de gasa que le cubrían los brazos. No sonreía. Se le adivinaba el miedo. Es probable que intuyera lo que le tocaría vivir. Twitter inició un huracán de comentarios críticos, ataques irrespetuosos y de mal gusto sobre el aumento de peso de la actriz. 

Nosotros, en el mundo civilizado, también podemos apedrear a una mujer. Lo haremos de forma distinta, claro está: transformaremos las piedras en comentarios en el Twitter

Las palabras tienen un poder muy grande. Cuando se esparcen a través de las redes, se multiplica hasta el infinito. Pronto salieron las voces de los que la defendían. Empezaba un espectáculo inconcebible en una sociedad que defiende el respeto hacia los otros. Un ataque sin compasión. 

La crueldad humana no tiene límites. Algunos se preguntaban cómo se había atrevido a asistir a la gala con aquel aspecto. Otros sentenciaban que ninguna marca de ropa querría vestirla. Hubo chistes sobre su cuerpo. 

Berta Vázquez se había descrito como una mujer reservada, a quién no le gusta la exposición al gran público fuera de la pantalla. Había hablado de inseguridades, de miedos. En Twitter la lapidaron. Pienso en su mirada oscura, bajo una lluvia de cámaras. Tiene unos ojos bellísimos, que hablaban por ella. ¿Quién los escuchó?

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