Dime tu horóscopo y te diré alguna tontería

El horóscopo, una pseudociencia que se ha convertido en religión seguida por jóvenes, y no tan jóvenes. Me cuesta entender que tanta gente crea y, lo reconozco, me nace criticarlo (de hecho, a menudo se me escapa hacerlo). Porque no es que no haya evidencia científica, es que hay, pero que precisamente lo desmonta.

Sabeis aquello de: ¿tener madre, hermanas, hijas, no te convierte en una persona feminista? Pues leer el horóscopo, tampoco. La sociedad está más cerca de aprender a decir que es feminista, que de serlo

Tengo una buena amiga periodista que cuando era joven se había encargado de escribir la sección del horóscopo de una revista. ¡Y, oh sorpresa, se lo inventaba todo! La clave es el efecto Forer: tendemos a asumir como ciertas afirmaciones sobre nosotros, sobre todo si son genéricas o ambiguas. Forer era un psicólogo que repartió entre sus alumnos una descripción de personalidad. Todos tenían el mismo escrito, pero como pensaban que estaba personalizado, la mayoría concluyeron que el texto reflejaba como bien cómo eran.

Por ejemplo, si busco mi horóscopo hoy, me dice: "tienes cierta sensación de desánimo porque crees que en el trabajo no te funcionan las cosas". ¿Quién no cree que en el trabajo le podría ir mejor? Por probabilidad, muchos escorpiones verán reflejados. También os diré que si busco otro, de otra fuente, me dirá el contrario. Hay tantas predicciones que no sé como los creyentes no paran locos a base de órdenes contradictorias.

Sin embargo, a pesar de estar claro que es una engañifa, quiero cogérmelo por la vertiente de religión e intento aprender a respetar la moda de seguir ciegamente sus mandamientos. Porque no es como la homeopatía, que te promete una cura; ni como el terraplanismo, que te hace imbécil. Si uno puede ser cristiano y el otro musulmán, también puede haber creyentes en el horóscopo. ¿Astrólogos, sería? ¿Horoscopers?

Eso sí, seguiré frunciendo el ceño, o levantando la ceja, o teniendo un cortocircuito mental durante una milésima de segundo, cuándo escuche a alguien decir: "tú y yo no podemos ir más allá porque nuestros signos son incompatibles". Si es una excusa, de 10, si no, horror.

Otro tema que me tiene mosca (que no mosqueada) es que a Colapso de TV3, en los letreros que salen en pantalla, presentan los invitados con el nombre y su signo del horóscopo. Es original pero me chirría. Y hablando de TV3, el año pasado, en un programa que emitían cada tarde, se dijo:

-"Si leéis el horóscopo, quizás sois un poco más feministas?" 

- "Seguramente sí".

¿Tienen derecho a decirlo? Todo el del mundo. ¿Han utilizado este derecho para decir una mentira? También. Porque más allá de la cita concreta, que podría parecer anecdótica, se dedicó una sección entera a defender esta teoría.

Bien, pues, sabéis aquello de: ¿tener madre, hermanas, hijas, no te convierte en una persona feminista? Pues leer el horóscopo, tampoco. La sociedad está más cerca de aprender a decir que es feminista, que de serlo. Comentarios como estos no ayudan a cambiar esta tendencia.

Tengo una buena amiga periodista que joven se había encargado de escribir la sección del horóscopo de un diario. ¡Y, oh sorpresa, se lo inventaba todo!

Más allá de estos detalles, a los que podríamos sumar una larga crítica al lucro personal que sacan terceros (del horóscopo y de cualquier otra creencia), si a alguien el ayuda pensar que ha tenido un día de mierda porque la luna está disminuyendo, genial.

Te has lavado los dientes a último momento y te has manchado de pasta. Ibas de negro y aquello no se marchaba ni con agua ni con jabón. Te has tenido que cambiar y salir de casa a toda prisa para acabar perdiendo el bus. ¿Crees que está porque hoy es un día fatal por los tauros? ¡Adelante!