Opinión
Maria de la Pau Janer
Tiempo de lectura: 3 minutos
opinión

Un whatsapp para dejarte, amor mío

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Hay muchas formas de dejar la pareja. Puede ir del tópico “voy a buscar tabaco” como excusa para largarse a “lo tenemos que hablar..." que anuncia tormentas. El abanico es ancho. Según cambian los tiempos, cambian los códigos. 

Los adolescentes de hoy se comunican de una manera del todo distinta. No valen las reglas de antes. Si queremos entender a los jóvenes, tendremos que aprender algunas cosas

Cuando yo era una adolescente, estaba muy mal visto dejar a alguien por teléfono. Era una manera cobarde de salir de la situación. Si una amiga te explicaba que el novio de turno había cortado la historia con una llamada, te ponías las manos en la cabeza y lo considerabas bien poca cosa. Las personas tienen que saber dar la cara en los momentos difíciles, pensábamos.

Nosotros, sin embargo, somos boomers. Quedamos muy lejos de la generación Z. Los adolescentes de hoy se comunican de una manera del todo distinta. No valen las reglas de antes. Si queremos entender a los jóvenes, tendremos que aprender algunas cosas. Los adolescentes no hablan por teléfono. No tienen aquellas conversaciones largas -naturalmente desde un teléfono fijo, que los padres controlaban. Conversaciones llenas de sobrentendidos, comentarios críticos, anécdotas. Podíamos hablar con amigas que acabábamos de ver en el Instituto hacía media hora. No importaba: siempre había temas nuevos a comentar. No teníamos bastante espacio para todas las palabras. Los tiempos nunca no era suficiente. En definitiva, los boomers éramos jóvenes comunicativos. 

Los zeta son poco amigos de las conversaciones telefónicas. Curiosa contradicción en una generación que vive ligada al móvil. Aunque tienen los aparatos telefónicos cerca, a menudo en la mano o en el bolsillo, como una prolongación del propio cuerpo, no los emprenden para conversaciones de voz. Son mucho más abundantes las conversaciones por whatsapp, los mensajes escritos con rapidez, agilidad, en un lenguaje propio. Una buena vía para comunicarse si eres impaciente, no te gusta esperar demasiado tiempo las respuestas, y no pretendes entretenerte en redacciones inútiles. Cada whatsapp es como un impulso, una reacción, improvisado y veloz. 

Ahora muchas parejas ponen punto final a su relación con un simple whatsapp. Pocas palabras y pocas explicaciones. ¿Qué tienen que decir? ¿Los motivos de la ruptura? Sería un exceso de esfuerzo y complicación, que no vale la pena. No hay que pensar. Pasamos hoja.

Otra forma de comunicarse propia de los jóvenes son los monólogos. Son una gente aficionada a hacer largos monólogos. Por ejemplo: quieres decirle algo a alguien, pues graba un audio de voz y envíale. Los audios tienen algunas ventajas: nadie puede interrumpirte mientras dices aquello que quieres decir. Nadie te contradirá, ni te irá critica. Tú escupes lo que quieres, y puedes respirar: ya está. 

Los adolescentes tienen un dominio extraordinario de los emoticonos. Las caretas que sonríen, dan besos, lloran, se enrabian... son muy prácticas. ¿Por qué nos tenemos que entretener en describir una emoción, si tenemos el dibujito correspondiente para explicarla? Está claro que son un ahorro de esfuerzo y energía. 

Hay muchas formas de dejar la pareja. Puede ir del tópico “voy a buscar tabaco” como excusa para largarse a “lo tenemos que hablar..."

Resumiremos: no tenemos que conversar por teléfono (los diálogos no están de moda), todo se puede decir en un whatsapp, un audio (los monólogos sí están de moda), o un emoticono. Simplificamos la vida, que ya es lo bastante complicada. 

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Etiquetas: WhatsApp Redes