Un centenar de riders de Barcelona lleva a juicio a una multinacional francesa
Esta mañana en la Ciudad de la Justicia se ha aplazado por cuarta vez el juicio contra la plataforma de reparto a domicilio Stuart, acusada de contratar a un centenar de mensajeros como falsos autónomos en Barcelona.
El motivo: El encargado de representar a la Seguridad Social ha enfermado y su substituto ha pedido suspender la vista.
¿De dónde venimos? La asociación RidersxDerechos presentó varias denuncias a Inspección de Trabajo argumentando que 108 riders, como se conocen estos mensajeros, tendrían que haber sido contratados como trabajadores asalariados.
¿Por qué es importante? El 8 de junio ya se suspendió este juicio que enfrenta la Tesorería General de la Seguridad Social y la multinacional francesa Stuart.
- La tesorería reclama 237.000 euros a la empresa en concepto de cotizaciones no abonadas.
Al detalle: Según el Colectivo Ronda, que asesora a los afectados, las actas de Inspección de Trabajo acreditan que los repartidores que trabajaron por la empresa entre 2016 y 2019 tendrían que haber sido contratados como trabajadores por cuenta ajena.
- Inspección también ha encontrado a 397 falsos autónomos trabajando en Madrid.
- El órgano acreditó que es la empresa la que determina la organización del trabajo: horarios, turnos y mecanismos de control que contemplan sanciones contra el personal que incumpla las normativas marcadas por la empresa.
¿Qué esperar? El juicio se reanudará el próximo 16 de diciembre.
Visión global: En el 2021, la justicia dictó la primera sentencia sobre el modelo laboral de Stuart donde dio la razón a dos trabajadores.
- La sentencia obligaba a la multinacional a indemnizar a los mensajeros y afirmaba que trabajaban como falsos autónomos.
- Los jueces se han pronunciado en numerosas ocasiones en esta línea en casos que implicaban Glovo, Deliveroo Amazon o Uber Eats.
- Estas sentencias condujeron a la aprobación de la Ley Rider por parte del gobierno español en que se obliga en estas plataformas a contratar a sus trabajadores. Después de la nueva norma, Deliveroo se marchó de España y Glovo intentó sortearla con diferentes estrategias internas.