Muere Lluís Llongueras, el mejor peluquero catalán, a los 87 años

Lluís Llongueras ha muerto durante la mañana de este lunes, día 29 de mayo, como consecuencia de un cáncer de garganta. El peluquero catalán más famoso tenía 87 años.

¿Qué sabemos? Llongueras ha muerto en Barcelona, después de años de lucha contra el cáncer. El estilista ya había superado un tumor de glotis hace solo tres años, que lo había obligado a alimentarse a través de una sonda, pero otro cáncer —también de garganta— ha acabado con su vida.

¿De dónde venimos? Nacido en Esparreguera en 1936, Llongueras abrió su primera peluquería en Barcelona cuando tenía solo 22 años. Allá empezó a experimentar para llevar la innovación y la creatividad a los peinados, como si fuesen otro complemento de moda. Sus ideas fueron todo un éxito, hasta el punto que en pocos años su hizo un nombre entre actrices y personalidades de la clase alta. A principios de los 70, Llongueras dio otro gran salto profesional cuando inauguró la primera peluquería unisex de España, toda una revolución para la sociedad española de la época.

Al detalle: A la apertura de este nuevo centro siguieron sus nuevas franquicias de academias y establecimientos en todo el mundo. Hasta 50 salones en España y 120 por todo el planeta, donde exportó el Método Llongueras que tantísima fama le otorgó.

Gran polémica: Los últimos años de Llongueras también han estado marcados por el enfrentamiento a su propia familia. La disputa estalló en 2010, cuando él decidió irse con su amante de entonces y esposa actual, Jocelyne Novella. Como respuesta, su exmujer, Lolita Poveda, y sus dos hijos mayores, Esther y Adam, lo echaron de su propia empresa. Dos años más tarde firmaron la paz y lo indemnizaron, pero nunca recuperaron la relación.

Para acabar: La trayectoria de Llongueras fue mucho más allá de la peluquería, ocupando otras modalidades artísticas como la fotografía, ocupando otras modalidades artísticas como la fotografía, la pintura o la escultura. Entre otros, está detrás de creaciones tan icónicas como la inmensa peluca rubia de Mae West en el Museo Dalí de Figueres. Una vertiente creativa que, unida a su gran éxito profesional, también le generó premios importantes, como la Creu de Sant Jordi o la Medalla al trabajo President Macià.