Opinión
Ernest Benach
Opinión

Adolescentes

En estos tiempos de encuestas efímeras de universos más bien escasos, y de conclusiones a menudo precipitadas, un estudio de los departamentos de Educació y Salut hecho a alumnos de entre 10 y 18 años ha puesto el grito de alerta en algunos aspectos muy preocupantes. El estudio en cuestión es un macrosondeo hecho a 267.000 adolescentes, en unos 2.000 centros, lo cual certifica no solo el enorme alcance del mismo, sino que da fe de un problema muy real en este tramo de la población de nuestro país.

El dato más preocupante del estudio hace referencia al deseo de morir que expresaban un 8,8% de los alumnos encuestados y las ganas de autolesionarse a que se referían un 5,9%. Poca broma porque estamos hablando de un 14,7% de un universo de más de un cuarto de millón de adolescentes y jóvenes. Para qué se hagan una idea más aproximada de la magnitud de esta cuestión, en Catalunya, según el IDESCAT y en 1 de enero de 2022, entre los 10 y los 19 años había un total de 855.487 personas. Prácticamente, uno de cada 3 adolescentes y jóvenes de este país fueron interpelados y una parte importante de los mismos expresaron una angustia importante, y al mismo tiempo preocupando.

Uno de cada 3 adolescentes y jóvenes de este país fueron interpelados y una parte importante de los mismos expresaron una angustia importante

La directora del Pacte Nacional de Salut Mental, Magda Casamitjana, hacía una aclaración importante al respecto, en el sentido de que no necesariamente estos porcentajes significan que los jóvenes y adolescentes tengan pensamientos suicidas, ya que en estos tramos de edad difícilmente tienen el concepto de la muerte que podemos tener los adultos. Pero sí que expresan otras cuestiones preocupantes como pueden ser falta de atención, desesperanza y pocas o ninguna salida de presente y de futuro.

El estudio revela también que la pandemia ha pasado factura en este colectivo de la sociedad. Una factura cara, por cierto. El sondeo también ha evidenciado que los apoyos básicos de estos chicos y chicas son, como no podía ser de otra manera en nuestra cultura mediterránea, la familia y los amigos, o sea la red social más básica. Pero, sin embargo, el 8,6% consideraba que no tenía ningún apoyo, o sea que no podía contar con nadie cuando tenía un problema. Otra interpelación directa que afecta directamente a familias, la educación formal, sea la primaria o la secundaria, y también a la educación en el ocio que, históricamente, ha representado un complemento extraordinario en la formación de adolescentes y jóvenes.

El estudio revela que la pandemia ha pasado factura en este colectivo de la sociedad. También evidencia que los apoyos básicos de estos chicos y chicas son la familia y los amigos

Vivimos en un mundo con cambios acelerados en todos los órdenes de la vida, también en el crecimiento de las personas. La pandemia ha hecho estragos en este crecimiento y ha actuado como factor disruptivo en muchos ámbitos de la sociedad, pero también de las personas. Hay que adaptarse a este mundo que nos pone en frente retos inmensos en los que hay que dar respuesta desde visiones diferentes y de saber identificar los nuevos problemas que nos afectan en un mundo que está pagando muchos peajes.

La soledad, la inseguridad, las incertidumbres, los miedos, la desorientación forman parte importante de estos peajes. En los adolescentes, de manera especial.

Categoría: Opinión
Etiqueta: Salud mental