El Cuarto Cinturón, la autovía sin fin: ¿qué municipios conectaría y cuándo estaría listo?

La B-40, el 'Quart Cinturó' y la 'Ronda Nord' son los tres nombres que recibe la autovía sin acabar de construir que está condicionando que Catalunya tenga presupuestos el año 2023. 

¿Por qué es importante? ERC y PSC negocian las cuentas de la Generalitat y los republicanos han cedido a las exigencias socialistas para sacar adelante el proyecto, que tiene que mejorar la movilidad en el Vallès, pero que genera polémica al afectar parajes naturales de las comarcas.

En profundidad: El modelo de movilidad en el Vallès ha sido históricamente un motivo de discusión, sobre todo por la necesidad de adaptar las vías ya existentes y el mapa de infraestructuras previstas a la densidad de población.

• La carretera que más polémica ha generado de manera indiscutible es la que tenía que enlazar Terrassa, Sabadell y Granollers con otras grandes capitales catalanas como Mataró o Martorell, la conocida como Quart Cinturó o B-40.
• El proyecto nació en los años 60, cuando surgieron núcleos como Badia del Vallès o la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Para conectar los diferentes municipios en crecimiento, se ideó un sistema de carreteras más allá de la actual AP-7, a través de la Autovía Orbital, conocida como Quart Cinturó o B-40.
• No obstante, el crecimiento de población no fue tan acentuado como se había definido inicialmente, hecho al cual se suma la oposición de parte del territorio a crear una vía que supondría alterar el paisaje natural todavía existente con una vía sobredimensionada en su planificación inicial. Surgió la Campaña Contra el Quart Cinturó.

En la práctica:

• Mataró (el Maresme) y Granollers (Vallès Oriental) están conectados con la C-60, pero no lo están con Sabadell para proteger el espacio natural de Gallecs. Por otra parte, las obras de construcción de la B-40 para conectar Viladecavalls y Terrassa (Vallès Occidental) con Abrera (Baix Llobregat) están en marcha y se prevé que entren en funcionamiento este mismo 2023.
• Pero el tramo más conflictivo es el que debería unir Terrassa y Sabadell, las dos capitales del Vallès Occidental. Son 5 kilómetros que discurrirían entre bosques y campos, y que alterarían el bosque de Casa Diez de Sabadell, Can Bonvilà en Terrassa o el torrente de Colobrers, entre Sabadell y Castellar.
  • La carretera sería una alternativa paralela a la AP-7, enlazando municipios y polígonos industriales, pero cruzaría espacios donde la naturaleza se abre paso y que muchos ciudadanos redescubrieron durante el desconfinamiento por la covid.
  • Los vehículos que viajan desde la autopista C-58 a Castellar lo tienen que hacer a través de Sabadell. La existencia de un enlace directo con la autopista permitiría retirar todos estos vehículos del centro de la capital, abriendo la puerta a pacificar la Gran Vía y reducir los niveles de contaminación.

¿Qué dicen?

• El PSC enmarca el proyecto dentro de la estrategia de "política útil". El líder de los socialistas, Salvador Illa, ha recordado recientemente que "hace 30 años" que en el país "se discute por dónde tiene que pasar el Quart Cinturó".
• ERC ha reconocido la concesión al PSC como una "decisión compleja" que les permite dar una "lección de responsabilidad". Pere Aragonès ha agradecido la "comprensión" a la militancia del partido, ha constatado que "gobernar no es fácil" y ha urgido a aprobar "muy pronto" los presupuestos.
• La consejera de Acció Climàtica, Teresa Jordà, ha defendido que la "cesión" de ERC con la B-40 "no contradice en absoluto las políticas" de su departamento.
• Los ecologistas, contrarios, consideran que lo que haría falta es reordenar el territorio, dado que reubicar la industria en los márgenes de la AP-7 haría decaer la necesidad de una carretera alternativa como la ocurrencia originalmente.
• Los alcaldes de los municipios que se beneficiarían (Terrassa, Sabadell, Castellar...) defienden el proyecto y apuntan que harían discurrir la carretera junto a las zonas urbanas, minimizando el impacto en el entorno.

Previsiones: Con el acuerdo entre el Govern y el PSC por la B-40, ahora se abre un nuevo escenario sin horizonte ni calendario claros. Falta establecer el mecanismo para sufragar el gasto derivado del proyecto de manera detallada y el calendario, que todos sitúan en un plazo de un mínimo de entre 5 y 15 años para empezar a materializarlo.